La propietaria de la central nuclear de Fukushima comenzó hoy la última etapa de refrigeración del muro de hielo que rodea la accidentada planta, destinado a evitar la entrada de agua en las instalaciones y su consiguiente contaminación.
Tokyo Electric Power Company (TEPCO) abrió hoy las válvulas para hacer circular refrigerante en el 5 % de la superficie del muro que todavía no se había congelado, confirmó a Efe un portavoz de la compañía.
Ésta supone la última etapa de refrigeración del muro, un proceso que comenzó en marzo de 2016 y que podría terminar este otoño, tras lo cual se procederá a sellar todo el perímetro para impedir que queden huecos o filtraciones.
El muro, que cuenta con un perímetro de 1,5 kilómetros, tiene como objetivo evitar los vertidos contaminantes al mar aislando el subsuelo alrededor de los cuatro reactores afectados por el terremoto y tsunami de marzo de 2011 para evitar así que penetre en ellos el flujo de los acuíferos naturales.
Estas aguas subterráneas se mezclan en los sótanos con el refrigerante radiactivo y se filtran después al océano Pacífico.
Unas 400 toneladas de agua fluían inicialmente al día hasta el interior de los edificios, una cantidad que se ha reducido hasta las 120/130 toneladas este año, según cifras de TEPCO.
La compañía, que reconoció el año pasado que el muro subterráneo no podrá bloquear el 100 % del líquido, tiene como objetivo reducir las filtraciones a menos de 100 toneladas diarias cuando el mecanismo helado esté completamente en funcionamiento.
Para construir el muro se han insertado en la tierra, en torno a los cuatro reactores de la accidentada central del nordeste nipón, más de 1.500 tuberías hasta una profundidad de unos 30-35 metros.
A través de estas tuberías se inyecta una solución salina a una temperatura de menos 30 grados que congela la tierra en contacto con las canalizaciones y crea así una barrera helada. (EFE)
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