El índice de precios al consumo (IPC) subió en Japón en junio un 0,4 por ciento interanual, según informó hoy el Gobierno nipón.
No obstante, con respecto a mayo los precios se mantuvieron planos.
El dato, que excluye el precio de los alimentos frescos por su excesiva volatilidad, muestra las dificultades que encara aún el Gobierno nipón para lograr su meta de situar la inflación del 2 por ciento interanual pese a la activación de un plan de estímulo monetario masivo por parte del Banco de Japón (BoJ) en 2013.
Recientemente el BoJ se vio obligado a retrasar nuevamente el plazo para la consecución de esta meta, que no se alcanzaría al menos hasta el segundo trimestre de 2019.
La caída del crudo ha sido a lo largo de los dos últimos años la principal traba para lograr este objetivo, aunque empieza a verse un cierto reequilibrio por la recuperación de los precios del petróleo.
En ese sentido, la factura de la luz y del agua y el coste de los combustibles se encareció un importante 3,5 por ciento interanual, según los datos del Ministerio del Interior y Comunicaciones.
Aunque por otro lado los precios en transporte y comunicación y cultura y entretenimiento cayeron un 0,1 por ciento en ambos casos, y educación y ropa y calzado se encarecieron respectivamente un 0,4 y un 0,2 por ciento.
Los precios en Tokio, donde el análisis corresponde al mes de julio, subieron por su parte un 0,2 por ciento, manteniendo esa débil tendencia inflacionista.
El IPC de la capital nipona se considera un indicador adelantado del rumbo de los precios en el resto del país. (EFE)
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