La presentadora de TV Mao Kobayashi murió el pasado 22 de junio. Tenía solo 34 años. Su legado, sin embargo, se mantiene vivo y cruzará las fronteras de Japón.
Su viudo, el actor de kabuki Ichikawa Ebizo, reveló que el blog de Mao, en el que relató su lucha contra el cáncer de mama, será traducido al inglés, informó Mainichi Shimbun.
Ebizo alberga la esperanza de que los posts de su fallecida esposa ayuden a las personas en todo el mundo que sufren cáncer de mama, así como a sus familias.
El blog de Mao, que fue lanzado en septiembre de 2016, contiene una traducción al inglés de su primer post. El resto de textos sería traducido gradualmente antes de ser publicado en un nuevo sitio web, actualmente en construcción.
Elegida una de las cien mujeres del año en 2016 por la cadena británica BBC por su decisión de enfrentar abierta y valientemente su enfermedad, Mao plasmó en su blog conmovedoras reflexiones:
Durante mucho tiempo escondí la enfermedad. Debido a que mi trabajo consistía en aparecer en la televisión me daba miedo ser asociada con una enfermedad o mostrar a la gente mis debilidades.
Pero mientras quería volver a lo que yo era antes, en realidad me estaba moviendo cada vez más hacia las sombras, llegando a estar muy lejos de la persona que quería ser. Después de vivir así durante 20 meses, mi médica dijo algo que cambió mi forma de pensar.
“No te escondas detrás del cáncer”, dijo ella, y me di cuenta de lo que había sucedido. Yo lo estaba usando como excusa para no vivir más.
Yo me había estado culpando a mí misma y había estado pensando en mí misma como un ‘fracaso’ por no ser capaz de vivir como lo había hecho antes. Yo estaba escondida detrás de mi dolor.
Hasta ese momento yo había estado obsesionada con estar involucrada en cada parte de la vida doméstica, porque así era como mi propia madre siempre se comportó. Pero como me enfermé, no podía hacer nada, y al final, como fui hospitalizada, tuve que dejar a mis hijos.
Cuando me vi obligada a dejar ir esta obsesión por ser la madre perfecta -que solía torturarme, en cuerpo y alma- me di cuenta de que no había valido la pena todo el sacrificio que había hecho.
Mi familia -a pesar de que yo no podía cocinar para ellos, o dejarlos y recogerlos en el kínder- aún así me aceptó, creyó en mí y me quiso, como lo había hecho siempre, como una esposa y una madre.
Así que decidí salir a la luz del sol y escribir un blog, llamado Kokoro, sobre mi batalla contra el cáncer, y cuando lo hice, muchas personas empatizaron conmigo y oraron por mí.
Y ellos me contaron, a través de sus comentarios, de sus experiencias de vida, de la forma en que se enfrentaron y superaron sus propias dificultades. Resultó que el mundo del que estaba tan asustada estaba lleno de calidez y amor y ahora estoy conectada con más de un millón de lectores.
Si muriera ahora, ¿qué pensaría la gente? “¿Pobrecita, ella tenía sólo 34?”. “¿Qué lástima, deja dos niños pequeños?”. No quiero que la gente piense de mí de esa manera, porque mi enfermedad no es lo que define mi vida.
Mi vida ha sido rica y colorida: he logrado sueños, conocí al amor de mi vida, he sido bendecida con dos hijos preciosos. Mi familia me ha amado y yo la he amado.
Así que he decidido no permitir que el tiempo que se me ha dado sea eclipsado por completo por la enfermedad. Voy a ser quien quiero ser. (International Press)
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