«Nos encerraban todo el día y abrían la puerta prácticamente solo para almorzar y a la hora de salida», afirmó hoy uno de los trabajadores de la galería de Lima consumida desde el pasado jueves por un gran incendio que ha dejado a varios heridos y, al menos, cuatro desaparecidos.
El joven, que no se identificó, declaró al noticiero de la cadena local Latina, que los trabajadores comenzaban sus labores «a las 7 u 8 de la mañana» y solo les abrían las puertas «a las 12 o 1 (de la tarde) para comer».
«Uno salía a comprar almuerzo, traían y nos encerraban otra vez hasta las 6:30 p.m que se ocultaba el sol», relató.
Un grupo de jóvenes relató a la cadena las condiciones laborales a los que eran sometidos y que hoy fueron denunciadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como una aproximación a «formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso»
El incendio aún no ha podido ser totalmente apagado por los bomberos voluntarios, quienes aseguraron hoy a Efe que el combate a las llamas se desarrollará, al menos, durante «un par de días más».
Medios locales mostraron el jueves imágenes de unos contenedores colocados ilegalmente en la azotea del edificio, desde donde un número no precisado de personas lanzaba señales de auxilio.
Según la información, se trataba de jóvenes trabajadores que permanecían encerrados con llave en esos contenedores por dueños de negocios de ferretería mientras duraba su turno de servicios.
Los equipos de rescate han identificado la zona donde estaban los atrapados, pero el humo y las llamas intensas han impedido que confirmen la situación de las víctimas, que al parecer son cuatro, entre ellas un adolescente de 15 años, según señaló un representante del Ministerio de Justicia.
Al respecto, los trabajadores se identificaron como amigos de Jorge Luis Huamán Villalobos, una de las personas atrapadas desde el incendio del jueves en los contenedores.
Uno de ellos aseguró que su trabajo era cambiar de marca a los fluorescentes importados que luego eran vendidos en los puestos de ferreterías de la galería.
«Yo limpiaba la marca con lija y ellos le ponían otra marca», afirmó.
Los jóvenes dijeron que les pagaban dos soles (0,6 centavos de dólar) por cada caja de 25 fluorescentes embalados que luego se vendían en los puestos de la galería, por lo que al día lograban cobrar unos 20 soles (unos 6 dólares).
La oficina de la OIT para los países andinos afirmó hoy que las condiciones de trabajo que se han descubierto tras el gran incendio se «aproximan a formas modernas de esclavitud como el trabajo forzoso, que afecta a millones de personas en todo el mundo».
La OIT denunció que «la realización del trabajo en condiciones de encierro representa una clara y manifiesta afectación a derechos fundamentales en el trabajo y a la dignidad humana».
El organismo remarcó que «esta situación es totalmente intolerable en una sociedad moderna y justa» e hizo un llamamiento «para redoblar esfuerzos a todos niveles de la sociedad, líderes políticos, empresarios, trabajadores, ciudadanos, para conjuntamente erradicar esta problemática de raíz.»
El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, recorrió la zona el viernes y, tras calificar el incendio de «terrible, increíble», aseguró que «los responsables han cometido un acto criminal».
El ministro del Interior, Carlos Basombrío, también dijo que «la justicia va a establecer responsabilidades» porque se trata de «uno de los incendios más graves» que se han producido en su país y «ha sido claramente responsabilidad de quienes actuaron violando todas las leyes». EFE
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