Corea del Norte realizó hoy un nuevo lanzamiento de prueba de un misil balístico, el primero desde el pasado 29 de abril y ejecutado aparentemente con éxito, según informó el Ejército surcoreano.
El régimen norcoreano lanzó el misil a las 5.27 hora local (20.27 GMT del sábado) desde la localidad de Kusong, al norte de Pyongyang, según informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur en un comunicado.
Las autoridades surcoreanas añadieron que el misil recorrió más de 700 kilómetros antes de caer en aguas del Mar de Japón, por lo que se trataría de una prueba completada con éxito con un proyectil balístico, aunque continúan analizando los detalles del lanzamiento para determinar su tipo.
El ensayo también fue detectado por el Comando estadounidense del Pacífico en Hawai y por el Ministerio japonés de Defensa, que señaló por su parte que el misil recorrió la trayectoria durante unos 30 minutos antes de caer a unos 400 kilómetros en aguas de la zona económica exclusiva (ZEE) japonesa.
La titular de Defensa del archipiélago japonés, Tomomi Inada, explicó que el proyectil alcanzó una altitud máxima de unos 2.000 kilómetros, lo que podría indicar que se trata «de un nuevo misil en fase de desarrollo» de alcance intermedio, en declaraciones a los medios de su país.
Las autoridades japonesas creen que Corea del Norte podría haber forzado la altitud de la trayectoria balística del misil con el objetivo de poner a prueba su potencia sin aproximarse más a territorio nipón, añadió Inada.
Se trata del primer test armamentístico de este tipo en dos semanas, y tiene lugar después de que el pasado miércoles asumiera su cargo el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in, quien ha convocado una reunión de emergencia del Consejo Nacional de Seguridad para tratar la situación.
El político liberal llegó al poder tras afirmar durante la campaña electoral que buscaría un mayor acercamiento con Pyongyang y que a la vez mantendría las sanciones que pesan sobre el país por sus ensayos nucleares y con misiles balísticos.
Moon calificó el nuevo test de «grave desafío», y señaló que el diálogo intercoreano «sólo es posible si Corea del Norte cambia su actitud», en su intervención ante el Consejo Nacional de Seguridad, recogida por la agencia Yonhap.
Por su parte, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, afirmó que la prueba es «absolutamente inaceptable» y representa «una clara violación de las resoluciones de seguridad de Naciones Unidas», y añadió que Tokio continuará trabajando con Seúl y Washington para responder a los desafíos norcoreanos.
Corea del Norte ya disparó el 12 de febrero desde la misma base aérea de Kusong un proyectil balístico de medio alcance Pukguksong 2 (Estrella polar-2, en coreano), prueba que fue calificada de éxito por el régimen que lidera Kim Jong-un.
Posteriormente realizó otras tres pruebas fallidas con misiles balísticos a lo largo del mes de abril, la última de ellas el día 29 desde Bukchang, en la provincia de Pyeongan del Sur (centro del país).
Estos ensayos desencadenaron un período de máxima tensión en la península de Corea, unidos a la posibilidad de que Pyongyang realizara una prueba nuclear y a la dialéctica endurecida de la Administración Trump, que insinuó la posibilidad de realizar ataques preventivos. (EFE)
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