En 1993, Japón puso en marcha un programa de formación para extranjeros de países en desarrollo con el objetivo de que tras un periodo de capacitación retornen a sus lugares de origen para volcar en ellos los conocimientos y habilidades adquiridos.
Sin embargo, a menudo el programa funciona como un abastecedor de mano de obra barata a empresas que explotan a los aprendices extranjeros.
Por ello, el gobierno del primer ministro Shinzo Abe ejecutará a partir de noviembre una ley creada para reforzar la supervisión de las compañía y agricultores que emplean a extranjeros que forman parte del programa, informó la agencia Kyodo.
La iniciativa busca impedir que, por ejemplo, los extranjeros trabajen más de lo que la ley permite o no reciban el salario que les corresponde.
La ley establece sanciones a los empleadores si abusan de los derechos humanos de los aprendices extranjeros.
Por otro lado, de acuerdo con lo estipulado por la norma, el cuidado de los ancianos será incluido dentro de la lista de trabajos que pueden desempeñar los extranjeros bajo el paraguas del programa.
Así las cosas, por primera vez realizarán un trabajo que requiere atención al público. Actualmente, pueden trabajar en industrias como la agricultura o la pesca. (International Press)
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