En 2013, una estatua que simboliza a las esclavas sexuales fue instalada en un parque municipal en la ciudad de Glendale, Los Angeles. La iniciativa fue financiada por una organización surcoreana.
Al año siguiente, un grupo de personas, entre ellas japoneses que residen en Glendale, presentaron una demanda ante el Tribunal de Distrito de EE. UU. para remover la estatua, alegando que las autoridades locales violaban la autoridad diplomática del gobierno federal al adoptar una posición particular sobre el tema de las esclavas sexuales.
La demanda fue desestimada en esa instancia y la siguiente, motivo por el cual sus impulsores decidieron apelar ante la Corte Suprema de Estados Unidos en enero de este año.
El máximo tribunal estadounidense rechazó la apelación, informó Jiji Press.
El caso mereció incluso la atención del gobierno de Japón, que el mes pasado envió una carta a la Corte Suprema de EEUU en la que defendía la posición de los demandantes.
El asunto no terminaría allí, pues Koichi Mera, cabeza de la organización demandante, declaró que buscarán otro camino para el retiro de la estatua.
Antes y durante la II Guerra Mundial, Japón forzó a miles de mujeres asiáticas, sobre todo coreanas, a prostituirse para atender a sus soldados. (International Press)
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