El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Fumio Kishida, calificó de «inaceptable» la prueba de nuevos motores para cohetes que realizó recientemente Corea del Norte y que fue divulgada por los medios estatales el pasado domingo.
«Estas repetidas provocaciones son totalmente inaceptables (…). Trabajaremos con EEUU, Corea del Sur y otros países involucrados para que (Corea del Norte) logre controlarse», explicó Kishida en declaraciones recogidas por los medios nipones.
La condena de Japón se produce dos días después de que Pyongyang informara de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, presenció la prueba de esta tecnología de propulsión, que se cree que consta de un motor principal y cuatro auxiliares, en la base de lanzamientos espaciales de Sohae (noroeste del país).
Según la agencia norcoreana de noticias KCNA, se trató de un evento «de significancia histórica» que supone «una nueva era para la industria Juché de cohetes».
Por su parte, la ministra nipona de Defensa, Tomomi Inada, afirmó que Pyongyang no ha abandonado la idea de avanzar en su programa armamentístico.
«Existe la posibilidad de que Corea del Norte lleve a cabo otro acto provocativo. Japón reunirá información y se mantendrá alerta», añadió.
En este sentido, el portavoz de Ejecutivo japonés, Yoshihide Suga, dijo que Japón está «analizando información mientras centra al máximo su interés en los movimientos de Corea del Norte».
El régimen que lidera Kim Jong-un realizó una veintena de test de misiles y dos ensayos nucleares el año pasado, y a comienzos de este mes probó otros cuatro proyectiles balísticos, uno de los cuales cayó a tan solo 200 kilómetros de la costa nipona.
El 7 de febrero del año pasado, el país asiático llevó a cabo su hasta ahora último lanzamiento de un cohete espacial, una acción condenada por la comunidad internacional, que la consideró un ensayo encubierto de proyectiles de largo alcance.
Ese test, unido al ensayo nuclear realizado en septiembre del mismo año, llevó a que la ONU impusiera nuevas y más estrictas sanciones a Pyongyang. (EFE)
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