Casi de la mitad de los evacuados de Fukushima por el accidente nuclear de 2011 ha sufrido algún tipo de hostigamiento o maltrato, según un sondeo elaborado por la NHK y la Universidad de Waseda.
334 personas de las 741 encuestadas, cifra equivalente aproximadamente al 45 %, han sido acosadas o sufrido angustia por su condición de exresidentes de la mencionada prefectura.
Gran parte de esta penosa situación se debe a la compensación económica que los evuados han recibido. Para ponerlo en cifras, 274 dijeron que el hostigamiento sufrido tenía relación con el dinero.
A una persona le dijeron que no necesitaba un aumento salarial debido a que su familia había recibido una compensación.
También ha habido discriminación: una familia fue excluida de un evento comunitario solo por su condición de evacuados de Fukushima.
En 127 evacuados, el maltrato estaba relacionado con la radiactividad.
Al menos ha habido un caso en el que toda una familia ha sido afectada. A un hombre le dijeron que no necesitaba trabajar porque le bastaba con quejarse o reclamar para que le dieran dinero (en alusión a la compensación económica). Además, sus dos hijos eran víctimas de ijime.
¿Solución? No decirle a nadie que son de Fukushima.
Como bien apunta el profesor de la Universidad de Waseda, Takuya Tsujiuchi, la gente ha olvidado que las personas beneficiadas con la compensación perdieron sus hogares tras la catástrofe de 2011. Nadie pidió ser víctima.
Los maltratos que reciben muchos evacuados ponen de manifiesto, según el experto, que las víctimas del desastre nuclear siguen siendo castigadas. (International Press)
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