Un triste caso ocurrido en Japón.
«Fui a visitar a mi madre y encontré que había muerto tres días antes», dice un hombre de 62 años de Osaka. «Fue un shock. Ojalá hubiera mantenido un contacto más cercano con ella”.
Tomando en cuenta la edad del hombre, su madre debe de haber sido una octogenaria o una nonagenaria.
El drama de las muertes solitarias en Japón no se limita a los ancianos, revela Japan Today.
El portal de noticia recoge de Asahi Shimbun el caso de una empresa que notó que uno de sus empleados, un soltero treintañero, no había ido a trabajar por tres días. Tras contactarse con la compañía que gestiona el apartamento donde vivía, lo encontraron sin vida. Había muerto de una hemorragia cerebral.
El diario japonés publicó un sondeo que preguntaba: «¿Estás haciendo algún esfuerzo para evitar una muerte solitaria?». Solo un tercio de los 1.739 encuestados dijo que sí. Sin embargo, más del 40 % conocía a gente de su entorno con posibilidades de morir sola.
¿Medidas de precaución para evitar una muerte solitaria? Velar por la salud y mantener contacto regular con parientes o vecinos, fueron las respuestas más mencionadas.
Las cifras son elocuentes.
En 2015, en los 23 distritos de Tokio, 238 jóvenes de 20 a 39 años murieron solos. El 80 % eran hombres. En los pasados tres años la cifra se situó en alrededor de 250.
Con respecto a las mujeres, sus cuerpos fueron encontrados después de que sus padres intentaran infructuosamente comunicarse con ellos y acudieran al encargado del edificio para que abriera las puertas.
¿Por qué hay jóvenes que mueren solos?
El profesor universitario Yasuhiro Yuuki asocia la muerte solitaria de jóvenes al aumento de los trabajadores no regulares, cuyos empleadores podrían ser indiferentes a su situación y no mostrar mayor preocupación si no aparecen en el trabajo durante varios días.
Además, dice, ha crecido el número de hijos únicos, personas que tienden a ser solitarias.
Por otro lado, Yuuki afirma que hay jóvenes que se contentan con relaciones superficiales y tienen problemas de comunicación. Los jóvenes que tienen dificultades para transmitir sus sentimientos no piden ayuda (o se les hace difícil hacerlo), incluso si tienen problemas de salud.
Otro detalle importante que menciona el experto: las personas que carecen de empleo e ingresos estables son menos propensas a buscar atención médica.
¿Algún consejo? Yuuki pide a los padres cuyos hijos no son trabajadores regulares o no tienen un empleo estable que se fijen en si estos alguna vez hablan de sus amigos; si no lo hacen, podrían estar en riesgo de sufrir una muerte solitaria. (International Press)
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