Japón finalmente está comenzando a buscar seriamente la manera de frenar las horas de trabajo en exceso tras el suicidio de una joven empleada de Dentsu. Así de rotunda es la agencia Kyodo para describrir los esfuerzos que está desplegando el país asiático para modificar su cultura laboral.
No es la primera vez que el tema está en discusión, pero sí la primera, según la agencia japonesa, que por fin se está tratando de hacer algo para cambiar el estado de cosas.
El gobierno del primer ministro, Shinzo Abe, estableció un panel para reformar la forma de trabajar en el país, apuntando a aumentar la productividad, limitar las horas de trabajo y penalizar a las empresas que permiten un trabajo excesivo e ineficiente.
Además, anunció que dará a conocer los nombres de las compañías en el que hubiera muertes relacionadas con el exceso de trabajo y fortalecerá la vigilancia para poner fin a las horas extra no remuneradas.
Por su parte, el presidente de Keidanren, la mayor organización patronal de Japón, Sadayuki Sakakibara, dijo que «la muerte por exceso de trabajo no debería ocurrir nunca”.
“Les pido a los ejecutivos tomar medidas efectivas para corregir (la situación)», subrayó.
Las cifras de Japón son sombrías.
Japón fue en 2015 el tercer país con el mayor número de horas de trabajo del G7, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Su productividad laboral fue la peor del G7 el año pasado, de acuerdo con el Centro de Productividad de Japón.
Entre los 34 países miembros de la OCDE, el promedio de horas anuales por trabajador en Japón ascendió a 1.719 horas, más que Alemania (1.371), Francia (1.482) y Gran Bretaña (1.674) y menos que Corea del Sur (2.113).
Más del 20 % de las empresas japonesas admitió, en una investigación realizada por el gobierno, que tienen trabajadores que hacen más de 80 horas extra mensuales, el límite del karoshi, cifra a partir de la cual aumenta el riesgo de muerte por exceso de trabajo.
Para Kazunari Tamaki, abogado especializado en karoshi (muerte por exceso de trabajo), «Japón es todavía un país en el que trabajar largas horas se considera una virtud».
«Tenemos que centrarnos en la mejora de la eficiencia dentro del horario fijo para aumentar la productividad», añadió.
Uno de los factores que dificulta atajar el exceso de trabajo es la preocupación de los japoneses por “no causar problemas”, según el abogado. «La raíz es muy profunda pero ahora es el momento de cambiar», remarcó.
Sin embargo, ya hay empresas que han tomado medidas para frenar el exceso de trabajo, revela Kyodo.
Saint-Works, una empresa dedicada al cuidado de personas en Tokio, ha demostrado que se puede crecer sin explotar a sus trabajadores.
Las horas extra se han reducido a menos de la mitad en los últimos cuatro años y medio; sn embargo, sus ventas y ganancias crecen año a año.
Un empleado de 41 años dice que sale del trabajo a las 5 p. m. y puede recoger a su hija de la guardería todos los días.
El trabajo es productivo cuando se equilibra con la vida privada, asegura.
La casa comercial Itochu prohíbe a sus empleados en general trabajar más allá de las 8 p. m. y como máximo hasta las 10 p.m.
Desde 2013 sus empleados pueden empezar a trabajar más temprano. Aquellos que lo hacen entre 5 y 8 de la mañana reciben una comida ligera y una paga extra equivalente a la que reciben aquellos que trabajan en las noches.
Este método de trabajo mejora la productividad. En el año fiscal 2015, por primera vez Itochu fue la casa comercial con mayor beneficio neto del país.
Por su parte, el desarrollador del sistema informático SCSK incentiva económicamente a sus empleados para que no trabajen más de 20 horas extra al mes y se tomen más días de descanso. (International Press)
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