Cristina García Casado / EFE
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, completarán este martes con una visita a Pearl Harbor (Hawái, EE.UU.) el mensaje de reconciliación que dieron en Hiroshima en mayo pasado.
Los dos mandatarios rendirán un homenaje a las víctimas y supervivientes del ataque por sorpresa japonés contra la base naval de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, acción que daría pie a la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial.
Obama, que pasa sus vacaciones navideñas en Hawái junto a su familia, mantendrá primero un encuentro bilateral con Abe en el que repasarán sus esfuerzos por fortalecer su alianza y los logros en cooperación de seguridad y economía de los últimos cuatro años.
Después visitarán el Memorial USS Arizona, en Honolulu, donde yacen 1.102 de los 1.177 marineros e infantes de marina muertos en el acorazado del mismo nombre durante el ataque japonés.
La de Abe será la primera visita de un primer ministro nipón a la base naval, después de que en mayo Obama también hiciera historia como primer presidente de EE.UU. en visitar Hiroshima, la ciudad nipona sobre la que el país norteamericano lanzó la primera bomba atómica el 6 de agosto de 1945.
«Cuando el presidente visitó Hiroshima trasladó un mensaje de reconciliación, mostró que estaba comprometido a enfrentar la historia. (Estas visitas) realmente demuestran el milagro y el poder de la reconciliación entre los dos países», explicó la semana pasada Daniel Kritenbrink, director para Asia del Consejo de Seguridad Nacional.
En Hiroshima, Obama visitó el Parque de la Paz, construido en el epicentro de la explosión que arrasó la ciudad y acabó con 140.000 vidas.
El mandatario estadounidense no pidió perdón por el ataque pero ofreció un profundo discurso plagado de referencias morales, en el que reflexionó sobre la tragedia y rindió un homenaje a las víctimas.
El Gobierno japonés anunció a principios de este mes que Abe tampoco ofrecerá una disculpa por el ataque de su país a Pearl Harbor en su visita de mañana.
Abe acompañó a Obama en la ceremonia de Hiroshima y dijo que «nunca deberá repetirse» lo que sucedió en esa ciudad y en Nagasaki, sobre la que EE.UU. lanzó otra bomba atómica tres días después, que mató a 74.000 personas.
La esposa de Abe, Akie, ya visitó el memorial de Pearl Harbor en agosto e hizo una ofrenda de flores en honor a las víctimas.
Con la visita de mañana, Obama y el primer ministro nipón quieren sellar la reconciliación de sus países y una alianza «que nunca ha sido más fuerte».
«Tiene una relevancia histórica presentar respeto a los muertos de entonces y subrayar la reconciliación de dos adversarios que pasan a ser los aliados más cercanos, no solo desde la Segunda Guerra Mundial sino especialmente durante el Gobierno de Obama», indicó Kritenbrink en una rueda de prensa sobre los detalles de la visita.
Está previsto que Obama y Abe pronuncien sendas declaraciones tras su visita al memorial pero no está en la agenda por el momento que ofrezcan una rueda de prensa.
El Gobierno estadounidense defiende que ni esta visita ni la de Obama en mayo a Hiroshima habrían sido posibles hace ocho años.
«Obama ha demostrado que está dispuesto a afrontar los asuntos históricos difíciles y a no estar atado enteramente por los eventos del pasado, como hemos visto también en su política hacia Cuba», señaló Kritenbrink.
Está previsto que asistan a la ceremonia de Pearl Harbor líderes políticos de Hawái, así como veteranos de guerra y supervivientes del ataque.
«El propósito del acto es honrar a los que murieron ese día con el foco puesto en la reconciliación», apuntó Kritenbrink.
El encuentro con Abe será «con toda probabilidad» el último de Obama con un líder extranjero antes de que abandone la Casa Blanca y sea relevado en el cargo por el presidente electo, Donald Trump, quien asumirá la Presidencia el próximo 20 de enero.
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