Japón ha pagado su cuota a la Unesco tras amenazar con no hacerlo y retrasar su abono por la inclusión en el Registro Memoria del Mundo de los documentos aportados por China sobre la matanza de Nankín, cometida por tropas niponas entre 1937 y 1938.
El pago se realizó a principios de semana, después de que Japón observara mejorías en el sistema de registro de documentos del ente de la ONU, reveló hoy el ministro de Exteriores, Fumio Kishida, en una rueda de prensa recogida por la agencia japonesa Kyodo.
El país asiático solicitó a la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) una revisión del proceso de selección tras la incorporación al listado el año pasado de los escritos de China.
Tokio había retenido su contribución de este año, de unos 3.850 millones de yenes (31,4 millones de euros) y que suele abonarse en primavera, por su oposición al reconocimiento.
El país argumentó que el organismo registró «unilateralmente» los documentos sin permitir a Japón verificar su autenticidad y lo acusó de falta de equidad y transparencia.
Japón ha sido el principal donante «de facto» de la Unesco desde que Estados Unidos congelara su contribución del 22 por ciento en 2011 en oposición a la membresía de Palestina.
La aportación japonesa supuso el 9,6 por ciento del presupuesto de la entidad de este año.
La matanza de Nankín (este de China) está considerada uno de los capítulos más sangrientos de la invasión nipona, en la que murieron 300.000 personas y se violaron a 20.000 mujeres y niñas, según cifras chinas.
Pekín y Tokio sufren frecuentes encontronazos diplomáticos por la disputa sobre la soberanía de las islas Diaoyu/Senkaku, reclamadas por ambos países, así como por el recuerdo de la invasión japonesa de 1937, que causó, según diversas fuentes históricas, en torno a unos 20 millones de muertos, la mayoría civiles. (EFE)
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