Un millón de personas participaron en simulacro a nivel nacional
Drones y aviones Osprey de la Marina nipona fueron desplegados el jueves en Japón para mostrar la valía de los dispositivos de última generación en el caso de que se produzca un gran terremoto en la fosa de Nankai (este), uno de los puntos con mayor actividad sísmica del mundo.
Los dispositivos formaron parte de un simulacro a nivel nacional en el que participó en torno a un millón de personas, incluido el Gabinete del Gobierno nipón y el primer ministro Shinzo Abe, para probar la capacidad de repuesta del Estado en dicho escenario, según informó la agencia local Kyodo.
Un dron formó parte del despliegue efectuado en la ciudad de Himeji (oeste) para registrar la extensión de la devastación generada por un hipotético terremoto con una magnitud de 9,1 en la escala abierta de Richter y de nivel máximo de 7 en la escala japonesa -que se centra más en las zonas afectadas- en la fosa submarina de Nankai.
Los expertos predicen que se producirá un fuerte seísmo en las próximas décadas en este emplazamiento, que se sitúa al sur de la isla de Honshu, la mayor del archipiélago nipón.
En la ciudad de Sasebo de la prefectura de Nagasaki, en la isla sureña de Kyushu, dos aviones Osprey de la Marina japonesa se usaron en el simulacro, que incluyó el transporte de un equipo médico de emergencia hasta una isla remota.
El uso de estas aeronaves de despegue vertical, capaces de despegar y aterrizar como un helicóptero y volar como un avión, estaría destinado a demostrar la seguridad del aparato, que el Gobierno nipón planea desplegar en el aeropuerto de Saga en Kyushu.
También participaron en las maniobras miembros de los cuerpos de policía, bomberos y las fuerzas de Autodefensa (Ejército) del país, que se encargarían de evacuar a la población damnificada.
El 1 de septiembre se conoce como el Día de la Prevención de Desastres en Japón desde el devastador terremoto de magnitud 7,9 en la escala abierta de Richter que azotó a la región de Kanto, incluida la ciudad de Tokio, en 1923 causando más de 100.000 muertos.
El ejercicio estuvo marcado por el azote de varios tifones en poco más de dos semanas que han dejado más de una decena de víctimas y escenas de devastación que recordaron a las del tsunami que arrasó el nordeste nipón en marzo de 2011, así como por los potentes terremotos que afectaron al norte de Kyushu en abril. (EFE)
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