110 millones de euros por Pogba, 90 por Higuaín
Por: Jorge Barraza
Pogba 110 millones de euros (que cuando termine la operación, con comisiones y contrato serían 160), Higuaín 90 millones. El hincha de fútbol evalúa las condiciones de ambos y se pregunta si el fútbol enloqueció. Se están pagando sumas estratosféricas por jugadores que al parecer no lo valen. ¿Por qué…?
Es una concurrencia de factores, pero está claro que los precios los determina el mercado. Los pases de los jugadores se encarecieron no por razones de inflación monetaria (que también existe y lentamente va llevando la vara hacia arriba) sino porque no hay tantos cracks disponibles para atender la demanda de los distintos medios que lo requieren. La escasez de oferta eleva los precios. Surge la misma cantidad de futbolistas que antes, pero ahora hay mucho más dinero para fichar y decenas de nuevos mercados importadores. Eso también aumenta la cotización de las figuras.
En primer lugar, la popularidad del fútbol ha trepado a las nubes. Y sigue en aumento. Una notable comprobación es la conmovedora recepción que le tributó el pueblo de Islandia hace un mes a sus héroes de la Eurocopa, quienes eliminaron a Inglaterra y alcanzaron los cuartos de final. Prácticamente la totalidad del país se volcó a las calles a recibirlos y homenajearlos. Que esto haya sucedido en un país al que ni se consideraba futbolero da la pauta de la fiebre que el mundo tiene por la pelota. Esa pasión moviliza millones en la televisión, la publicidad, los patrocinios, el mercadeo, la asistencia a los estadios. Y genera cada vez más dinero. Gran parte de esto se destina a fichar figuras, pues todos quieren tener estrellas y ser campeones. Ninguna actividad logra igualar la euforia que el fútbol produce cuando se triunfa.
La razón de mayor peso en el incremento de los valores son los nuevos mercados emergentes. Antiguamente llevaban futbolistas sudamericanos a España e Italia. También a México. Otros, los menos, recalaban en Francia y Portugal y siempre aparecía una rareza: uno que jugaba en Bélgica o Suiza. Fue todo un impacto cuando, apenas terminado el Mundial ’78, dos campeones argentinos -Villa y Ardiles- llegaron como estrellas al Tottenham de Londres. No era usual.
Hoy se concretan transferencias casi diarias a los mercados tradicionales, pero también a Alemania, Holanda, Austria, Grecia, Croacia, Serbia, Suecia, Polonia, Turquía, Rusia, Ucrania, países como Uzbekistán, Azerbaiyán o Georgia que pagan fortunas para que los cracks se animen a ir; Estados Unidos, que contrata cada vez más, Australia, Sudáfrica, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes, Corea del Sur, Japón, Malasia (llevan muchos y pagan muy bien), y el gran fenómeno mundial de nuestros días: China. Asimismo hay que contar como gran novedad a Brasil, que siempre fue exportador, y sigue siendo, pero ahora importa mucho de los países vecinos. Comenzó el Brasileirao con 20 argentinos, 10 colombianos, 3 venezolanos, 3 ecuatorianos, 2 peruanos, varios uruguayos, chilenos. O sea, alrededor de 50 profesionales a un medio que antes no contrataba, y menos de países con un fútbol inferior al suyo.
Dediquémosle un párrafo a China. Está decidido a revolucionar el fútbol y paga los mejores contratos. El brasileño Hulk representa la remuneración más alta: cobra 20 millones de euros al año en el Shanghai SIPG. Segundo está el italiano Graziano Pelle (Shandong Luneng): 15 millones. Tercero el ghanés Asamoah Gyan (Shanghai SIPG): 14,8. Cuarto el argentino Ezequiel Lavezzi (Hebei CFFC): 14. Quinto otro brasileño, Ramires (Jiangsu FC): 13. Sexto Jackson Martínez (Guangdong Evergrande): 12,5.
Dieciséis clubes componen la Superliga China y están permitidos cinco extranjeros por equipo. Casi todos llenan sus cupos. Diez técnicos foráneos de renombre dirigen en el país de Confucio, entre ellos Luiz Felipe Scolari, Mano Menezes, Alberto Zaccheroni, Sven-Göran Eriksson, Dan Petrescu, Arie Haan. Es un destino que hasta hace cinco años no existía para el fútbol y hoy es la máxima potencia económica.
Zlatan Ibrahimovic dijo: “Sólo escucho que Pogba es caro. Pero tranquilos, con la venta de mis camisetas se cubrirá el gasto”. Fue un alarde, claro, pero es absolutamente cierto.
También debe computarse el tema de la televisión, que cada día transmite más juegos y paga más por los derechos, tanto que sigue siendo el principal ingreso de todos los clubes en el mundo. También la publicidad estática, los derechos de imagen del club y de los futbolistas, que comparten entre el protagonista y la institución. La camiseta, que cada día paga más. Para graficarlo: hace apenas unos días Barcelona renovó contrato con Qatar Airways para su camiseta. La aerolínea qatarí pagará 40 millones de euros por un año y la gestión fue considerada un fracaso por la prensa catalana, pues se preveía que embolsarían 65.
También la marca que viste a los equipos paga sumas siderales. Nike arregló en mayo con el FC Barcelona en casi 100 millones de euros por año. Adidas, a su vez, firmó con Manchester United por 96 millones. Zlatan Ibrahimovic dijo la semana última: “Sólo escucho que Pogba es caro. Pero tranquilos, con la venta de mis camisetas se cubrirá el gasto”. Fue un alarde, claro, pero es absolutamente cierto. Antes de ofrecer 96 millones a un club, Adidas hace un exhaustivo estudio de mercado que le dice que puede ganar el doble o el triple. La venta de camisetas de un jugador (Messi es el número uno del mundo en este rubro) lleva muchas veces a una marca a colaborar con el fichaje de una gran estrella. Aportan algunas decenas de millones como anticipo de contratos porque saben que luego esa estrella les aumentará las ventas.
También están las taquillas, a las que antes no se prestaba mayor atención, pero que ahora son cuantiosas. Se supo extraoficialmente que la Copa América Centenario en Estados Unidos dejó la increíble suma de 170 millones de dólares sólo por venta de entradas de sus 32 partidos. Hay demasiado dinero en el fútbol. Y nadie pierde.
En el caso específico de los dos futbolistas nombrados al inicio, lo de Higuaín sorprende pues viene de perder goles decisivos en tres finales: la del Mundial 2014 y las de las Copas América 2015 y 2016. Cualquiera de esas ocasiones malogradas hubiese significado seguramente un título para Argentina. Pese a ello, Juventus desembolsó una suma hoy desacostumbrada para el fútbol italiano. Los 90 millones de su cláusula de rescisión lo convierten en el fichaje más alto del Calcio hasta ahora y el tercero a nivel mundial detrás de Gareth Bale (101 millones €) y Cristiano Ronaldo (94 millones €). También es cierto que Higuaín tiene sus credenciales: 121 goles en 7 temporadas en el Real Madrid (donde era uno de los mimados del público) y 91 en tres años en el Napoli. Sumando River Plate y la Selección Argentina lleva 256 goles oficiales a los 28 años. No hay dudas, es un goleador. Y es posible pensar que convierta cien más hasta su retiro. Aparte, destacó en clubes grandes. Además, no hay un ramillete de artilleros en venta para escoger. Quien tiene uno no desea desprenderse de él, por ello también el comprador debe recurrir a la cláusula de rescisión, que siempre es muy alta.
En cuanto a Pogba, su cotización causa estupor no solo por lo elevada sino porque se trata de un centrocampista; con gol, eso sí (lleva 43 en 226 salidas al campo, bastante para su posición). Pero no se le ven mayores condiciones técnicas. Y la posibilidad de su transferencia surge después de una Eurocopa donde sin dudas fracasó. Pero si Pogba no rinde en el Manchester, donde aseguran que irá, pasará a otro club por una cifra similar. Ya es un nombre grande. Y por eso sólo habrá interesados.
Efectivamente, los precios son casi obscenos, pero el mercado manda. Y quienes los pagan son cada vez más ricos. Nadie se funde.
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