Okinawenses son los más afectados por las bases militares de EEUU en Japón
65.000 personas se congregaron el domingo en Naha, capital de Okinawa, para protestar contra la presencia de las bases militares estadounidenses en la isla, según los organizadores de la manifestación.
La indignación de los okinawenses no solo tuvo como blanco a los gobiernos de Japón y Estados Unidos, sino también al resto del país asiático.
Ai Tamaki, una activista y estudiante universitaria de 21 años, recordó a Rina Shimabukuro, la chica de 20 años asesinada a fines de abril por un exsoldado estadounidense y empleado de la base militar de Kadena.
«Pensando en ti, muchas personas en esta prefectura han llorado, se han enojado, se han entristecido y han tenido sentimientos de depresión que no se pueden describir con palabras», dijo Tamaki, cuyas palabras recoge Asahi Shimbun.
Tamaki vive en Uruma, la misma ciudad en la que vivía Rina. “La víctima podría haber sido yo o alguna de mis amigas”, dijo.
Ai expresó su indignación con los habitantes del resto de Japón que parecen ignorar la difícil situación de los okinawenses, los más afectados por la presencia militar de EE. UU. en Japón.
«Primer ministro, Shinzo Abe, y las personas que viven en la parte continental de Japón. ¿Quiénes son también responsables de este crimen? Son ustedes. Quiero que le den la cara a Okinawa», dijo.
La estudiante también se dirigió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama: “Por favor, libere Japón”.
Ai pertenece a SEALD, una organización de jóvenes que se oponen a la reforma militar del gobierno del primer ministro japonés, Shinzo Abe, que permite a las fuerzas militares de Japón recurrir a las armas en el extranjero para defender a un aliado.
Durante la manifestación el padre de la joven asesinada dijo:
«Muchos incidentes y accidentes han sido causados por militares estadounidenses y trabajadores civiles. En tal situación, mi hija también se convirtió en una víctima. ¿Por qué ella tuvo que ser asesinada? Para evitar que haya una próxima víctima, hago un llamado para eliminar todas las bases militares de Estados Unidos y oponerse a la construcción de una nueva base militar de Estados Unidos en el distrito de Henoko (Nago). Creo que va a ser posible (alcanzar estos objetivos) si todas las personas de Okinawa están unidas».
Por su parte, Kiriko Ando, estudiante de 21 años, declaró a Mainichi Shimbun: «Ahora se me hace difícil salir por la noche porque tengo mucho miedo. ¿Realmente necesitamos bases en Okinawa?».
Jinshiro Motoyama, estudiante de 24 años, dijo: “Solo queremos vivir una vida normal”.
La masiva protesta contra EE. UU. fue la más concurrida en Okinawa desde que en 1995 se reunieron 85.000 personas después de que tres soldados estadounidenses raptaron y violaron a una niña.
Entre quienes prefirieron no asistir estuvo un hombre de 51 años que tiene una prima casada con un empleado de una base estadounidense. «El reciente asesinato fue atroz, pero eso no quiere decir que todos los soldados son gente mala», le dijo a Mainichi. (International Press)
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