Sin embargo, cada vez menos desplazados quieren retornar a sus hogares
El Gobierno japonés levantó el domingo la orden de evacuación de una de las poblaciones cercanas a la central nuclear de Fukushima, cinco años después de que todos sus habitantes tuvieran que abandonarla tras el accidente.
Desde la madrugada del domingo, los 1.400 residentes de Katsurao tienen permiso para volver a sus casas, ya que la mayoría de las zonas de este pueblo tienen índices de radiactividad permitidos para el ser humano.
Se trata de la cuarta población de la zona que las autoridades liberan casi completamente de la orden de evacuación puesta en marcha en un radio de 20 kilómetros alrededor de la planta, tras el accidente nuclear causado por un terremoto y posterior tsunami el 11 de marzo de 2011.
La orden de evacuación permanece todavía en nueve municipios de la zona lo que mantiene a más de 90.000 personas desplazadas.
De acuerdo a una encuesta realizada el año pasado, casi la mitad de los antiguos residentes de la localidad de Katsurao quería volver a sus casas una vez la orden de evacuación fuera levantada, informó la cadena pública NHK.
Las autoridades locales aseguraron que ahora su labor consistirá en trabajar para conseguir tranquilizar a los ciudadanos sobre la radiación, así como proveerlos de servicios médicos adecuados.
También intentarán que los comercios vuelvan a abrir en esta localidad mayormente agrícola para que sus habitantes tengan acceso a alimentos y productos de primera necesidad.
Muchas de las poblaciones cercanas a la central vivía precisamente de la actividad de la planta que ahora se encuentra en un complicado proceso de desmantelamiento que podría durar décadas.
Las encuestas realizadas en la zona muestran como cada vez menos personas quieren regresar a sus hogares en las zonas afectadas por la catástrofe.
Las causas principales son el temor a la radiación, la falta de infraestructura o a la escasez de oportunidades laborales.
Además «muchos llevan ya cuatro años viviendo en zonas más bien urbanas y se han acostumbrado a un estilo de vida en el que cuentan con ciertas comodidades que no tenían en sus localidades de origen», según explicó a Efe el profesor de Concienciación sobre Desastres Naturales de la Universidad de Fukushima, Satoru Mimura. (EFE)
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