La de Obama es la primera visita a Hiroshima de un mandatario estadounidense en el cargo.
En el marco de la segunda Guerra Mundial, Estados Unidos puso en marcha el Proyecto Manhattan, un programa nuclear secreto (1942-1945) cuyo fin era desarrollar antes que otros países la bomba atómica, el arma más mortífera y destructiva hasta la fecha.
Basándose en la teoría de la relatividad de Albert Einstein, el físico alemán Robert Oppenheimer dirigió el proyecto que se incubó en el laboratorio Nacional de Los Alamos (Nuevo México, EEUU). También colaboraron en la puesta en marcha de la bomba nuclear, los científicos Stanislaw Ulam, Isidor I. Rabi, Edward Teller, Hans Bethe, Norris Bradbury o Richard Feynman -la mayoría refugiados de los regímenes nazi y fascistas europeos-.
El 16 de julio de 1945 se realizó con éxito la primera detonación experimental atómica, el conocido como test Trinity, con una potencia de entre 15.000 y 20.000 toneladas de dinamita.
EL LANZAMIENTO
El bombardero B29 ‘Enola Gay’, bautizado así en honor a la madre del piloto, lanzó la primera bomba atómica usada en una guerra a las 08:15 del 6 de agosto de 1945 sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. A los mandos del aparato se encontraba el piloto Paul Tibbets junto a otros 11 tripulantes, todos ellos ya fallecidos.
En su página web Tibbet relató cómo fue el lanzamiento de la bomba, conocida como ‘Little Boy’: «Se produjo una explosión terrible, muy fuerte, inimaginable, cerca del centro de la ciudad. La tripulación del ‘Enola Gay’ vio una columna de humo que se elevaba rápidamente y fuegos intensos que brotaban».
Pese a la pérdida de miles de vidas, algunos de los tripulantes del ‘Enola Gay’ no se mostraron públicamente arrepentidos por haber ejecutado el lanzamiento. «Pusimos fin a la guerra y salvamos muchas vidas», afirmó en 2010 uno de ellos, el capitán Theodore Van Kirk.
Otro de los militares a bordo, Morris «Dick» Jeppson, a los 87 años, se excusó declarando: «Cuando tienes un trabajo que hacer, simplemente lo haces».
Sin embargo, Paul Bregman, quien también se encontraba en el bombardero aquel 6 de agosto, se suicidó poco antes del 40 aniversario de la bomba atómica. Sus familiares dijeron entonces que se encontraba aún en una profunda depresión por su participación.
Tres días después de que el ‘Enola Gay’ arrasara Hiroshima con una bomba nuclear fabricada con uranio, la ciudad nipona de Nagasaki se convertiría en el segundo objetivo militar sobre el que el mando militar estadounidense dejaría caer un proyectil nuclear, en esta ocasión elaborado con plutonio.
VÍCTIMAS
La explosión en Hiroshima acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas, aunque este número aumentaría hacia finales de 1945 hasta las 140.000 víctimas. En Nagasaki, por su parte, 74.000 personas fallecieron por las heridas causadas por la bomba atómica. Además, muchos de los supervivientes murieron en años posteriores debido a la radiación. Por otro lado, los supervivientes a las bombas atómicas, conocidos como «hibakusha» en Japón, sufrieron el estigma de haber sido víctimas de la bomba nuclear. Durante años los japoneses rehuyeron a los afectados por miedo a un supuesto contagio. Hoy, sin embargo, son un colectivo respetado en el país asiático y hasta marzo de 2015 aún vivían 183.519 de ellos.
– Fin de la segunda Guerra Mundial
Apenas seis días después del lanzamiento de la bomba atómica en la ciudad de Nagasaki, Japón capituló poniendo fin a la segunda Guerra Mundial (1940-1945). Posteriormente y hasta 1952, Estados Unidos ocupó militarmente Japón bajo la supervisión del general Douglas MacArthur, quien puso en marcha algunas reformas democráticas en el país asiático.
En la actualidad, ambos países mantienen una estrecha alianza en el plano de la política internacional y la economía.
NO HABRÁ DISCULPA
La doctrina oficial en EEUU es que la bomba atómica salvó vidas al acortar la guerra. De acuerdo a las cifras del Gobierno estadounidense, una invasión a Japón pudo haber supuesto el sacrificio adicional de 250.000 soldados americanos.
Según apuntó recientemente el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, el presidente estadounidense no se disculpará por el lanzamiento de la bomba atómica: «Obama no revisará la decisión de usar la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial, sino que ofrecerá una visión de futuro».
Aunque Obama será el primer presidente en el cargo en visitar la ciudad arrasada en 1945, algunos políticos y diplomáticos estadounidenses ya le precedieron. El demócrata Jimmy Carter fue como expresidente en 1984, mientras que el republicano Richard Nixon acudió en 1965, cuatro años antes de convertirse en presidente de los EEUU.
En 2010 el embajador estadounidense en Tokio, John Roos, se convirtió en el primero en su cargo en visitar Hiroshima.
Por su parte, el actual secretario de Estado, John Kerry, fue el pasado mes de abril el representante estadounidense de mayor rango en conmemorar a las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima.
-Poder nuclear de EE.UU Estados Unidos dispone de unas 2.150 cabezas nucleares desplegadas (situadas en misiles o en bases con fuerzas operacionales) y otras 5.550 que no están operativas, lo que suma 7.700 armas atómicas, según datos de 2013 del Instituto Internacional de estudios para la Paz de Estocolmo. EFE
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