Alianza podría convertirlos en el tercer mayor grupo automovilístico del mundo
Andrés Sánchez Braun / EFE
Nissan Motor se hará con el 34 por ciento de las participaciones de Mitsubishi Motors, en un acuerdo hecho público el jueves que está llamado a sacar a la empresa de los tres rombos de la crisis en la que está sumida tras admitir que falseó datos de consumo de sus coches.
Las dos compañías anunciaron que Nissan abonará unos 237.000 millones de yenes (unos 1.900 millones de euros) para convertirse así en el mayor accionista de la empresa con sede en Tokio por encima de Mitsubishi Heavy Industries, que ostenta en torno a un 20 por ciento del accionariado.
El acuerdo permitirá a Mitsubishi fortalecer sus finanzas en un momento en el que desconoce el volumen de indemnizaciones que deberá abonar a conductores, y puede que incluso al Gobierno nipón, si se establece finalmente que los modelos implicados en el escándalo del falseo no debían estar en realidad sujetos a ayudas públicas.
El convenio la aleja además del núcleo del gran conglomerado Mitsubishi, que se ha visto obligado a asistir financieramente en los últimos años a la que se considera la empresa menos rentable del grupo.
El anuncio de la alianza de capital fue bien recibido en la Bolsa de Tokio, donde la empresa de los tres rombos se apreció un importante 16,16 por ciento con respecto a su valor del cierre en la víspera.
Mitsubishi admitió en abril que falseó los datos de consumo de combustible de 625.000 minivehículos (aquellos con motores de menos de 660 centímetros cúbicos) vendidos en Japón, y en el curso de su investigación para determinar el alcance del escándalo ha afirmado también que estas prácticas se han extendido a otros modelos.
Bajo la tutela del segundo mayor fabricante de Japón -y cuarto mayor del mundo en virtud de su alianza con la francesa Renault- Mitsubishi espera acometer una serie de reformas que le permitan restaurar su dañada imagen.
De hecho, las ventas combinadas de Nissan, Renault y Mitsubishi sumaron 9,59 millones de unidades en 2015, por lo que la tercera plaza global que ocupa General Motors, que sumó 9,84 millones de coches vendidos, podría verse amenazada a partir de ahora.
«El acuerdo supone un hito fundamental para que podamos recuperar la confianza del público y para asegurar estabilidad en la gestión», dijo en la rueda de prensa organizada para anunciar el plan el consejero delegado de la compañía de los tres rombos, Osamu Masuko.
Por su parte, el presidente de Nissan y Renault, Carlos Ghosn, afirmó que el acuerdo beneficia a ambas partes y subrayó el poderío de Mitsubishi en camionetas y en modelos todoterreno, así como su buen rendimiento comercial en el sureste asiático, dos atributos de los que la alianza franco-nipona espera sacar provecho.
Bajo el nuevo acuerdo las dos empresas esperan potenciar además el desarrollo de vehículos más respetuosos con el medio ambiente.
Ambos fabricantes ya establecieron en 2011 la primera empresa de riesgo compartido forjada en el sector del motor en Japón, NMKV, cuyo cometido era centrarse en el desarrollo de minivehículos.
Dentro de ese marco se acordó que Mitsubishi produciría plataformas comunes para ambas marcas en lo referente a modelos como el ek Wagon y el ek Space (que Nissan comercializa a su vez como Dayz y Dayz Roox), los cuales han terminado siendo el foco del escándalo que se acabó destapando el pasado abril.
Desde que el caso de la manipulación de datos de eficiencia energética salió a la luz, Mitsubishi se ha visto obligada a detener su producción de minivehículos al tiempo que el volumen de ventas de este tipo de coche para ambos fabricantes se ha reducido a la mitad en Japón, el principal mercado en el que se comercializan.
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