Disminución de la población también afecta al sector
No son buenos tiempos para la industria de electrodomésticos en Japón. La población disminuye y los efectos de la subida del impuesto sobre el consumo en 2014 aún se sienten.
Los envíos nacionales de productos de línea blanca cayeron por segundo año consecutivo en 2015 (un 2,8 % menos que en 2014) a 2,2 billones de yenes (18.540 mil millones de dólares).
Las ventas (en términos de unidades) de lavadoras se redujeron en un 12 % y de refrigeradoras en un 10, 4%.
Los envíos de equipos audiovisuales y otros productos electrónicos disminuyeron en un 6 % a 1,26 billones de yenes (10.617 millones de dólares) en 2015, el quinto año consecutivo de caída. Solo en diciembre los envíos cayeron un 7 %. Los tres grandes del sector minorista en Japón, como Bic Camera, registraron un declive de sus ventas dicho mes.
Una cifra más: el número de televisores de pantalla plana enviados se contrajo un 6,7 % en 2015.
Además de la caída de la población y la subida de impuestos, hay otro problema, según el diario Nikkei: la incapacidad de los fabricantes nipones de lanzar productos atractivos, de adaptarse a las necesidades y gustos del público.
Por ejemplo, los envíos de aspiradoras han disminuido por segundo año consecutivo. Sin embargo, las últimas aspiradoras robóticas de empresas como Dyson (Reino Unido) o iRobot (EE. UU.) se venden bien, pese a que sus precios superan los 100.000 yenes (840 dólares).
Un experto en el tema sostiene que las compañías japonesas, debilitadas por la competencia, no son capaces de destinar los recursos suficientes al desarrollo de productos.
Diferente es la historia en Corea del Sur, donde bajo el liderazgo del gobierno, se concentraron en el desarrollo de productos y la expansión en el extranjero Como resultado, Samsung o LG son líderes en 15 de 32 mercados (refrigeradoras, lavadoras, televisores, aire acondicionado, etc.) en ocho economías del sudeste asiático.
Para lidiar con la crítica situación, las empresas japonesas están considerando la posibilidad de aliarse. Dos de ellas son Sharp y Toshiba. La primera ha realizado inversiones fallidas en su negocio de pantallas de cristal líquido y Toshiba aún sufre las consecuencias de un escándalo contable.
Las empresas japonesas deben ser flexibles, entender las necesidades de los consumidores y ofrecer productos que los atraigan, insiste Nikkei. Si no, continuará su declive. (International Press)
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