Cuando dejas tu país para trabajar o estudiar en otro, al principio te cuesta acostumbrarte, pero después, poco a poco, lo logras. Y no es raro que al retornar a tu país te sientas extraño, como les ha ocurrido a muchos latinoamericanos que han vivido en Japón. Al retornar a sus países de origen, habituados al orden y la seguridad de Japón, se sienten perdidos en medio del caótico tráfico y la inseguridad.
Buenos pues, eso también les pasa a algunos japoneses que han vivido o viven en el extranjero. El sitio RocketNews24 ha recogido de testimonios de japoneses que decidieron abandonar su país o no regresar nunca más. Ojo, es interesante notar que las mujeres japonesas parecen encontrar más espacio para desarrollarse en el extranjero que en su país (machista y rígido).
1. La discriminación puede ser demasiado difícil de soportar
«Cuando era niña en Japón, era víctima de ijime por mi apariencia, después fui maltratada por la misma razón cuando trabajaba. Cuando dejé mi trabajo y me fui al extranjero, la discriminación por mi apariencia paró, así que decidí estudiar en el extranjero durante un año».
«He sufrido acoso sexual en el trabajo en Japón, se siente como como si fuera un ambiente para hombres».
2. Menos libertad para ser uno mismo
«En Japón, es difícil expresar puntos de vista opuestos. Por ejemplo, en las escuelas japonesas se espera que los niños coman todo el almuerzo que la escuela provee, ¿pero qué pasa si un estudiante no puede comer carne de cerdo por razones religiosas? Otros países son mucho más flexibles y complacientes. Eso se debe a que ciertas culturas tienen una sociedad más multicultural que es más tolerante con las diferencias».
«Yo siempre he sido más individualista, motivo por el cual la vida en el extranjero se adapta mejor a mí. Algunos países tienen menos discriminación sexual y los individuos tienen más responsabilidad por su propio comportamiento. Es agradable estar en un lugar que se toma la vida con un poco menos de seriedad».
3. Preocupación por el futuro de los hijos
«Quiero que mis hijos sea capaces de vivir en cualquier país que les convenga. Me gustaría criarlos para que piensen por sí mismos, por eso estamos viviendo en el extranjero».
«Salimos de Japón por el futuro de nuestros hijos. Dicen que el clavo que se levanta recibe un martillazo en Japón, yo quiero alentar a mis hijos a ponerse de pie. Está mal juntar a gente floja y gente entusiasta».
4. Problemas para encontrar un buen trabajo en Japón
«Cuando pensé en volver (a Japón), yo ya tenía más de 30 años y no hay muchas mujeres que todavía estén trabajando a esa edad en Japón. Así que si volviera, no podría ganarme la vida».
«Estoy en EE. UU. más de 20 años. En Japón, una mujer con un título universitario no es tan buscada como aquí. Aquí puedo ganar dinero y tener una buena posición. Por eso tomé la residencia permanente. Si volviera a Japón, probablemente tendría poblemas financieros”.
5. Demasiado acostumbrado a vivir en el extranjero
«Es demasiado esfuerzo volver atrás y empezar de nuevo desde cero (en Japón). La vida es muy cómoda aquí (en el extranjero), y me he acostumbrado a la forma en que se hacen las cosas. No me veo regresando a menos que haya alguna necesidad importante”. (International Press)
En mi país República Dominicana, los japoneses y Japón, disfrutan de prestigio. Si Japón fuera malo, como escriben algunos, ¿cómo han logrado vender sus autos?, y no únicamente los autos, las piezas, los equipos,…,en la República Dominicana tienen una gran reputación. La ubicación geográfica de Japón, su cercanía con las Koreas, sobre todo por la actitud agresiva de algunos de ellos, es una muestra de que Japón es inmenso, que los japoneses son pacíficos, progresistas,…, y que han actuado con razonabilidad de frente a sus competidores del mundo. Un abrazo a los japoneses del mundo.
Que pena que tengan esta inclinación a mostrar lo malo del país.
Sin poner quien escribe la nota, o la fuente de donde sale.
Una pena realmente. No notaron que, aparte de los míos, no tienen mucha participación acá? Están haciendo mal su trabajo.