Desastre de marzo de 2011 demostró gran utilidad de estos aparatos
Los teléfonos públicos son casi reliquias del siglo pasado en estos tiempos en que hay países que tienen más teléfonos móviles que habitantes.
Sin embargo, podrían ser de mucha utilidad en caso de tsunami, y quizá hasta salvar vidas.
La ciudad de Tahara, situada en la prefectura de Aichi, está instalando teléfonos públicos como reacción a las interrupciones de las comunicaciones de los teléfonos móviles tras el desastre del 11 de marzo de 2011, revela Japan Times.
Tahara se encuentra en la península de Atsumi y es vulnerable a los tsunamis. Un terremoto de gran magnitud podría causar olas de hasta 21 metros de altura.
Los mismos residentes de esta ciudad pidieron a NTT que colocara teléfonos públicos en la zona.
La ventaja de los teléfonos públicos es que pueden operar incluso cuando las líneas están llenas. En caso de apagón, el centro de conmutación continuaría suministrando electricidad a los teléfonos públicos verdes, mientras que los grises funcionarían con baterías.
Además, pueden utilizarse de manera gratuita en caso de catástrofes.
El tsunami de 2011 destruyó las instalaciones de comunicación y la concentración de llamadas desde la zona provocó interrupciones de hasta el 90 % de las transmisiones a través de líneas fijas y teléfonos móviles.
Debido a ello, la gente que quería ponerse en contacto con sus seres queridos o hacer una llamada de emergencia utilizó los teléfonos públicos.
En las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima, las más afectadas por el desastre, el número de llamadas telefónicas hechas desde teléfonos públicos el 11 de marzo se multiplicó por seis a 300.000 con respecto al día anterior.
En el área metropolitana de Tokio, unas 4 millones de llamadas se hicieron el día 11, 15 veces más que el día anterior.
12 nuevas cabinas telefónicas serán instaladas para marzo. Tres ya están en uso.
La mayoría de los lugares donde funcionarán son refugios o parte de rutas de evacuación designados en casos de desastre.
Aun cuando estas cabinas pudieran ser afectadas por el tsunami, podrían ser utilizadas para identificar las áreas afectadas.
Las cabinas serán instaladas al aire libre y estarán accesibles las 24 horas.
Con esta iniciativa, el número de teléfonos públicos en Tahata subirá un 20 % a 74.
«Los teléfonos públicos pueden funcionar como salvavidas para conectar a los residentes con la policía”, dijo Atsushi Hoshino, jefe de la División de Respuesta de Emergencia de la Oficina de Prevención de Desastres de Aichi.
Hoshino espera que otras ciudades se animen a seguir el ejemplo de Tahara.
«Lo más importante en tiempos de desastres es garantizar la comunicación. Es bueno que los ciudadanos se hayan dado cuenta de la ventaja de tener teléfonos públicos, lo que ha dado lugar a que se instalen más», destacó Nobuo Fukuwa, del Centro de Investigación de Mitigación de Desastres de la Universidad de Nagoya.
Hasta marzo de 2015, había 183.655 teléfonos públicos en Japón, menos de la mitad que en 2006, según el gobierno japonés. (International Press)
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