Histórico acuerdo genera diversas interpretaciones
Japón y Corea del Sur retomarán este mes su diálogo para intentar dejar atrás la disputa sobre el asunto de las esclavas sexuales, después de que el histórico acuerdo alcanzado la semana pasada quedara en entredicho por un nuevo enfrentamiento.
Los países vecinos sellaron el pasado lunes un pacto que aspiraba a resolver «de forma definitiva e irreversible» -según la declaración conjunta de sus cancilleres- el conflicto sobre las esclavas sexuales reclutadas por el Ejército imperial nipón durante su ocupación de la península coreana antes y durante la II Guerra Mundial.
Sin embargo, tras la reunión del 28 de diciembre ambos países volvieron a chocar debido a sus diferentes interpretaciones sobre las condiciones pactadas, y en concreto sobre la retirada de una polémica estatua que representa a una de las víctimas y que se ubica cerca de la Embajada nipona en Seúl.
El pacto contemplaba las disculpas oficiales de Japón por los hechos acaecidos más de siete décadas atrás y una compensación económica a las víctimas, tal y como había exigido hasta ahora el Gobierno surcoreano de forma insistente.
Durante la reunión, Tokio también exigió la retirada de la simbólica estatua, a lo que el canciller surcoreano respondió que «se esforzará para solucionar este problema de una manera apropiada».
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, había fijado la condición de que Seúl retire esta estatua para conceder la indemnización pactada para las víctimas, según dijeron fuentes del Ejecutivo a la agencia Kyodo.
Tokio se había comprometido a aportar 1.000 millones de yenes (unos 7,6 millones de euros) a un nuevo fondo de compensación que sería gestionado por Seúl y se destinaría a «honrar y restaurar la dignidad de las víctimas», según dijo el titular nipón de Exteriores tras la reunión del pasado lunes.
Seúl, por su parte, mantiene que la retirada de la estatua «no fue mencionada en el anuncio conjunto» realizado por los ministros nipón y surcoreano tras su reunión.
Los dos países han acordado ahora retomar su diálogo a nivel de altos funcionarios de Exteriores durante este mes para tratar de sacar adelante el pacto y poner fin a un conflicto que se prolonga durante 26 años, señalaron las antes citadas fuentes del Gobierno nipón.
La controvertida estatua representa a una niña a tamaño real sentada en un banco y fue erigida en 2011 sobre una acera próxima a la embajada nipona en Seúl por iniciativa de un grupo cívico surcoreano que apoya a las antiguas víctimas de la esclavitud sexual, llamadas eufemísticamente en Japón «mujeres de confort».
La fricción entre Tokio y Seúl en torno a este asunto ha afectado a las relaciones bilaterales hasta el punto de que Abe y la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, se han reunido una sola vez -el pasado noviembre- desde que ambos accedieron al poder entre finales de 2012 y principios de 2013. (EFE)
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