Rápida evacuación en Chile tras terremoto de mes pasado también es ejemplo para Japón
Camila Vera Soto / EFE
Chile y Japón presentaron el viernes «Satreps-Tsunami», un proyecto que establece medidas concretas para hacer frente al peligro de los tsunamis mediante la prevención y estimación de los daños, alertas tempranas y la preparación de sus comunidades.
«Este proyecto, en el que han participado cerca de 40 investigadores chilenos y japoneses, además de instituciones públicas, municipios, universidades, nos ha servido para mejorar nuestra organización, que se demostró que era muy incipiente cuando ocurrió el terremoto de 2010», señaló a Efe el gerente del proyecto, Rodrigo Cienfuegos.
«A lo largo de estos cuatro años de trabajo hemos multiplicado por diez las capacidades técnicas y científicas para abordar la temática en Chile, y ahora estamos en condiciones de pasar a formar parte activa de la definición de políticas públicas para el bienestar de la sociedad», añadió el experto.
El proyecto de investigación de colaboración de ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible (Satreps, por su sigla en inglés), que es parte de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (Jica), fue creado tras los tsunamis que azotaron Chile en 2010 y Japón en 2011.
Entre las novedades que presenta el estudio destaca la creación de planes de continuidad de negocios en los puertos y la posibilidad de llevar a cabo planes de evacuación vertical -que consisten en la ocupación de edificios altos de construcción sólida ante la amenaza de tsunami, en vez de evacuar hacia los cerros-.
Otra de las piedras angulares del estudio es la implementación del Disaster Imagination Game (DIG), un juego traído de Japón que permite que las personas se imaginen cómo tendrían que reaccionar ante un desastre de este tipo, ya sea con su familia, vecinos o comunidad, y que permite plasmar esos recorridos en mapas que los usuarios pueden imprimir.
«En Chile hemos seguido la línea de Japón, entendiendo que tenemos el mismo tipo de amenaza y también dentro de nuestras posibilidades y capacidades hemos ido desarrollando sistemas para enfrentar este tipo de emergencias», aseguró a Efe el director de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Ricardo Toro.
Si bien el país asiático cuenta con tecnologías para mitigar los efectos de los tsunamis y terremotos mucho más desarrolladas que Chile, gracias a este programa conjunto, los japoneses pudieron ahondar en un aspecto de la actuación de los chilenos frente a los tsunamis que ha causado un impacto a nivel mundial: la rápida evacuación de las zonas costeras.
«Es un aspecto impresionante, especialmente para el terremoto del pasado 16 de septiembre (de magnitud 8,4 en la escala de Richter). Eso nos sirvió para ponernos la tarea de cómo deberíamos trabajar en Japón para llegar a ese nivel de rapidez», señaló a Efe el académico de la Universidad de Shizuoka, Kenji Harada.
Minutos después del terremoto de magnitud 8,4 que sacudió ocho regiones del centro norte de Chile y que dejó un balance de 15 muertos, 660.000 personas que vivían en las zonas costeras se movilizaron rápidamente hacia las zonas seguras.
Para el director de la Onemi «no es casualidad que casi un millón de personas evacúe toda la zona costera rápidamente. Eso es producto de que más de la mitad del país lo hizo sin que se lo dijeran».
«La tecnología puede ayudar bastante, pero hay que insistir en no perder nunca la base de la iniciativa y la decisión propia de la comunidad», agregó.
El proyecto, además, incluye pasantías e intercambios para cerca de 60 estudiantes, investigadores y profesionales de universidades, municipios e instituciones del Estado, simposios y congresos científicos realizados en Chile y Japón cada año y talleres con municipios y comunidades locales. (EFE)
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