Satoshi Omura empezó como profesor en una escuela nocturna
El científico japonés Satoshi Omura, ganador junto al irlandés William C. Campbell y la china Tu Youyou del Nobel de Medicina 2015 por su trabajo ante infecciones causadas por parásitos, afirmó que su carrera se ha guiado por «el deseo de hacer el bien».
Omura, de 80 años de edad y originario de la prefectura de Yamanashi (centro de Japón), comenzó a trabajar como profesor en un instituto nocturno en 1958 antes de iniciar su trayectoria como investigador, cuyos frutos fueron reconocidos con el Premio Nobel de Medicina anunciado la víspera por el Instituto Karolinska de Estocolmo.
«El deseo ardiente de convertirme en una persona que hace el bien para los otros me ha llevado a lograr este resultado», explicó Omura en declaraciones realizadas a los medios nipones y recogidas por la agencia Kyodo.
El investigador nipón nació en el seno de una familia humilde con cuatro hermanos, y durante su edad escolar tuvo que ayudar en tareas agrícolas y «apenas tenía tiempo para estudiar», según relató.
Durante su primer empleo como profesor en una escuela nocturna de la capital japonesa, descubrió una «gran motivación» por la docencia y la investigación gracias a estudiantes que eran capaces de esforzarse incluso después de trabajar en fábricas durante todo el día.
Posteriormente compaginó su trabajo como profesor con estudios de Química en la Universidad de Tokio, donde comenzó también a investigar y a interesarse por el papel de los microorganismos en los procesos de fermentación.
«Los microbios pueden hacer cosas increíbles», afirmó Omura, quien añadió que la investigación sobre microorganismos «es uno de los fuertes» de Japón gracias a la gran tradición que existe en este país de emplear la fermentación para elaborar alimentos y bebidas.
Omura adquirió la costumbre de recoger tierra y restos vegetales de diversos lugares que visitaba para luego analizarlos, y en un viaje con colegas investigadores tomó una muestra en un campo de golf de la localidad de Ito, en la península de Izu (al sur de Tokio), que resultaría definitiva para su hallazgo.
Al cultivar los microbios hallados en la muestra, del género Streptomyces, Omura dio con un agente eficaz contra los parásitos animales, en una investigación realizada junto con el también laureado Campbell que culminó con el desarrollo del fármaco Avermectin.
Los derivados del fármaco han reducido de forma drástica la incidencia de oncocercosis o ceguera de los ríos y de filariasis linfática, y han demostrado además ser efectivos ante otras muchas enfermedades parasitarias.
«Recomendaría a los jóvenes que no tengan miedo ninguno a cometer errores», dijo al ser preguntado sobre qué consejo daría a los investigadores que inician su carrera. (EFE)
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