Diario en Japón advierte sobre riesgos
Las recientes inundaciones en la ciudad de Joso, Ibaraki, pusieron en evidencia la necesidad de tomar medidas para ayudar a los residentes extranjeros que no entienden el idioma japonés.
Mainichi Shimbun ha elaborado un artículo para llamar la atención sobre el tema, centrándose en un brasileño cuya vida estuvo en riesgo por no entender las órdenes de evacuación.
Cuando el río Kinugawa se desbordó el 10 de septiembre, Paulo Santos, un brasileño de 57 años que vive en Joso, se dio cuenta de que la radio local de emergencias estaba transmitiendo continuamente algo.
Santos, sin embargo, solo tenía un mes en Japón, y ni él ni su familia (esposa y dos hijos) hablan japonés. Sin entender lo que la radio estaba diciendo, Santos se fue a la cama sin darle demasiada importancia al asunto. Tampoco se enteró de una orden de evacuación que se había publicado en portugués en el sitio web del gobierno municipal de Joso.
Cuando se despertó a la mañana siguiente, Santos descubrió que el primer piso de su apartamento comenzaba a inundarse. Sin saber los números para llamadas de emergencia, la familia subió al segundo piso. Mientras le hacía señas a un helicóptero que sobrevolaba la zona agitando una toalla, el propietario de la panadería donde trabaja el brasileño fue a su casa y gracias a su ayuda la familia pudo huir. Actualmente los Santos permanecen en un refugio en un gimnasio público.
Unos 3.900 extranjeros residen en Joso, representando el 6 % de su población. Los brasileños son alrededor de 1.700. Muchos trabajan en fábricas de alimentos, y algunos no estudian japonés debido a que su estadía en Japón es por corto tiempo.
En el gimnasio donde está Santos, hay unos 60 extranjeros. Aunque se han colocado señales en portugués, los anuncios solo se hacen en japonés. Una brasileña le dijo a Mainichi que estaba preocupada de que no pudiera hacerse entender si enfermara o en caso de emergencia.
Un funcionario de Joso declaró que no pueden transmitir información sobre desastres solo en portugués y que cubrir todos los idiomas no es realista. “Es difícil difundir información a las personas que no hablan japonés”, dijo.
Por su parte, Yoshihiro Yokota, jefe de una ONG en Ibaraki, subrayó la importancia de establecer un marco en el que las organizaciones privadas puedan ofrecer apoyo como, por ejemplo, proporcionar intérpretes.
No hay guías en idiomas extranjeros por parte de la Agencia de Gestión de Desastres para informar sobre desastres. La responsabilidad, entonces, recae en los gobiernos locales. La ciudad de Oizumi, Gunma, que alberga a unos 4.000 brasileños, comenzará a transmitir información sobre desastres en portugués a partir del año fiscal 2016. Sin embargo, una iniciativa de este tipo es infrecuente en otras zonas de Japón. (International Press)