Uno de los terroristas se había sumado al Estado Islámico en Irak
El jefe del Gobierno tunecino, Habib Essid, afirmó que 17 turistas de siete nacionalidades diferentes murieron en el ataque armado, con lo que revisó a la baja el número de 20 turistas que habían anunciado medios oficiales poco antes.
Durante una comparecencia ante la televisión nacional, el jefe del Gobierno enumeró a las víctimas como 4 italianos, 1 francés, 2 colombianos, 5 japoneses, 1 polaco, 1 australiano y 2 españoles, quedando otra víctima sin identificar.
Precisó también que murieron además dos tunecinos, un policía y un conductor de autobús, además de dos terroristas que participaron en el atentado.
Los servicios de comunicación del primer ministerio habían dado poco tiempo antes la cifra de 20 víctimas mortales entre los turistas visitantes al museo del Bardo escenario del ataque armado.
En declaraciones a Efe, Munira Brahmi, diputada del partido islamista Al Nahda que se encontraba en el Parlamento durante el ataque, explicó que al menos cuatro hombres armados entraron en el Museo a media mañana con un grupo de rehenes.
Momentos antes, un joven de unos 22 años y vestido a la manera occidental había abierto fuego contra un grupo de unos 40 turistas que se disponían a entrar en el Museo del Bardo, el más importante de Túnez, situado junto al parlamento.
Un fotógrafo que se encontraba en el jardín del museo tras el ataque al autobús dijo a Efe que al menos cuatro hombres armados corrieron por los jardines, donde se refugiaron tras no haber podido penetrar en los edificios del Parlamento.
Se cree que todo comenzó como un intento de asalto a la Asamblea que fue frustrado.
La fuente añadió que presenció cómo los terroristas eran abatidos finalmente a las 15.00 horas local en una operación policial.
Fuentes de los servicios de seguridad de Túnez identificaron a dos de los terroristas muertos durante el asalto como Yaber Jachnawi, originario de la región de Kaserín, en el suroeste, y Yasín Labidi, del barrio capitalino Ibn Jaldún.
El padre de Jachnawi reconoció que su hijo, al que consideraba desaparecido, le había telefoneado desde Irak hace tres meses donde se había sumado al movimiento radical Estado Islámico (EI).
El jefe de Estado tunecino, Beyi Caid Essebis, calificó el atentado de hoy de «gran catástrofe y aseguró: «no tengo más comentarios», en declaraciones a los medios.
Túnez, uno de los países de los que proceden yihadistas que se han sumado al Estado Islámico en Irak y Siria, combate desde hace semanas a grupos terroristas de la región de Kasserin, una zona montañosa cerrada militarmente donde se atrincheran radicales provenientes de todos los países del Sahel, vinculados con la Organización Al Qaeda en el Magreb, Ansar al Saharia y el propio Estado Islámico
Desde que hace un mes se formara el primer gobierno posterior a la transición iniciada con la primavera árabe, las fuerzas tunecinas han detenido a decenas de supuestos yihadistas y han expresado el temor a un atentado que destruya el turismo, sobre el que se basa gran parte de su futuro económico.
El ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Taieb Baccouche, pidió hoy a los turistas que no dejen de visitar su país, pese al atentado.
Según el ministro, el ataque de hoy «no tiene que disuadir a los amigos que quieran visitar Túnez» en verano o en cualquier otra estación, sino que «al contrario debe incitarlos a apoyar a Túnez en su lucha contra el terrorismo».
«Los terroristas deben entender que el terrorismo no tiene futuro» y para eso «hay que vivir» con normalidad, agregó. (EFE)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.