Museo en Bruselas exhibe 14 vehículos míticos por su impacto en la cultura popular
Marina Valero / EFE
«Ese coche me suena». Es lo que murmuran los visitantes del museo nacional del automóvil en Bruselas cuando contemplan la nueva muestra de vehículos japoneses, míticos por su aparición estelar en videojuegos y películas de culto como «Sólo se vive dos veces» o «A todo gas».
Un precioso Toyota blanco reposa en el museo Autoworld de Bruselas ante la atenta mirada de quienes lo asocian a un personaje muy famoso: James Bond, interpretado por Sean Connery en la película «Sólo se vive dos veces» (1967), solía subirse a un vehículo casi idéntico.
«Es uno de los coches japoneses más icónico de los años 60» y también uno de los más populares entre el público, explicó a Efe Eric Janssen, comisario de un museo que organiza exposiciones temporales cada mes.
Ahora es el turno de los autos japoneses. ¿Por qué? «Queremos atraer a las nuevas generaciones que ya conocen estos coches por videojuegos de la Play Station y películas como ‘A todos gas'», señaló Janssen.
Con catorce modelos que datan de los años 60 hasta hoy, los organizadores han buscado «establecer un vínculo entre el pasado y el presente para demostrar que los japoneses todavía son capaces de producir coches de carreras poderosos y fiables».
Y es que los deportivos son la especialidad de unos fabricantes nipones ansiosos por «probar que podían ser tan competitivos como los europeos» en el sector automovilístico, precisó Janssen.
A finales de los años 60, los japoneses intentaron conquistar el mercado europeo y estadounidense del motor pero no pudieron con grandes imperios como Porsche o BMW.
Esto no impidió que convencieran a los nuevos clientes potenciales de que comprasen sus deportivos.
Hasta esas fechas, «los fabricantes japoneses eran conocidos por producir coches familiares, no muy sexys pero sí fiables», indicó a Efe el comisario de la exposición.
La seguridad ya no es tarea pendiente en el sector del automóvil, pues «ahora todos los coches son muy seguros y no hay grandes diferencias entre los productores del este o del oeste», aseguró.
Pero en aquella época este aspecto marcaba la diferencia y era la piedra angular de los nipones, cuyos modelos además «alcanzaron mucho éxito en carreras y circuitos tanto en Europa como en Estados Unidos».
Los japoneses dirigían todos sus esfuerzos a estos dos continentes, donde la fuerza de ventas era mucho mayor que en otras partes del mundo.
Entre los vehículos expuestos en la muestra, destaca el ya mencionado Toyota 2000 GT que fue fabricado por y para la película del legendario James Bond.
«El original ya no existe, pero hace unos años un coleccionista decidió construir el mismo modelo de acuerdo con los planes originales» de los guionistas, explica Janssen.
Tampoco pasan desapercibidos un Toyota Supra y un Nissan Skyline, que se hicieron famosos en la película «A todo gas» (2001).
Otro de los vehículos que levanta pasiones es el Honda N6, «uno de los coches japoneses más extraordinarios de los años 90» en palabras del comisario.
Los amantes del mundo del motor ya pueden admirar esta colección de vehículos japoneses hasta el 31 de marzo, en que los organizadores esperan haber recibido más de 15.000 visitantes.
«Bruselas es la capital de Europa y al museo viene mucha gente de todos los países», señaló Janssen tras destacar la enorme afluencia de público español y latinoamericano.
El responsable del museo estima que los visitantes locales representan un 65 % del total frente al 35 % de extranjeros.
Las exposiciones temporales «siempre atraen a más gente, pero esta vez esperamos que vengan más jóvenes» con ganas de contemplar el aspecto real de los coches que conducen en su videoconsola.
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