Casi el 90 % de sus ocupantes era inmovilizado contra su voluntad
Algunos ancianos la pasan mal en Japón. No hablamos aquí de los que viven solos, aislados de la sociedad, lejos de sus familias, sino de los que están recluidos en residencias para personas de la tercera edad. En concreto, en una que está en Tokio.
Una inspección realizada en el citado hogar para ancianos, a cargo de autoridades de la capital japonesa, descubrió que alrededor de 130 ancianos, de los 150 que viven en la residencia, eran atados a sus camas o encerrados con llave en sus habitaciones, informó AFP.
Esta clase de abusos no era una medida excepcional, sino la norma, lo que motivó a las autoridades a exigir a la empresa que maneja la residencia, que está distribuida en tres edificios, a detener el maltrato a sus ocupantes.
Los cuidadores de los ancianos, es decir las personas que deben velar por su bienestar, se defendieron diciendo que los amarraban o encerraban por instrucciones de los médicos.
Sin embargo, estos supuestos cuidadores aplicaban estas medidas restrictivas extremas sin determinar si verdaderamente eran necesarias.
El Ministerio de Salud de Japón dejó en claro en 2001 que este tipo de medidas solo deben practicarse como último recurso, cuando no hay otra manera de proteger al mismo paciente o al cuidador, y, además, únicamente por cierto tiempo.
Otro problema con esta residencia para ancianos es que formalmente no está registrada como tal. El propietario de los edificios afirma que están alquilados como viviendas regulares.
Este caso no es único en Tokio, pues existen al menos otros 25 hogares para ancianos que en el papel son simples casas. (International Press)
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