Experto dice que Abe no puede ceder y pagar el rescate
Su poderío económico y su alianza con Estados Unidos convierten a Japón en blanco de grupos extremistas islámicos, según analistas consultados por AFP, a propósito del secuestro de dos japoneses, por cuya liberación el Estado Islámico ha exigido 200 millones de dólares.
La agencia de noticias subraya que el caso ha conmocionado a los japoneses, quienes perciben los conflictos en el Oriente Medio como algo lejano y a su país como un actor político menor, de perfil bajo, en la comunidad internacional.
El monto que demanda el EI es el mismo que el primer ministro Shinzo Abe se comprometió a entregar a los países de la región para ayudar a los refugiados que huyen del grupo rebelde.
Para el experto en Oriente Medio, Kazuo Takahashi, “Japón tiene que hacer hincapié en el carácter humanitario de la ayuda monetaria y decir que es para ayudar a los refugiados».
El EI mostró en un video a los rehenes japoneses justo cuando Abe estaba de gira en la región. El analista cree que eso no fue casual, pues Haruna Yukawa fue secuestrado en el verano pasado, mientras que Kenji Goto desapareció en octubre.
Por su parte, Misa Kanaya, investigadora del Instituto del Oriente Medio de Japón, aseguró que para el EI el dinero es secundario y que su principal objetivo es atraer la atención del mundo.
Kanaya sostiene que el Estado Islámico usó el viaje de Abe para transmitir el mensaje de que considera a Japón como parte del bloque liderado por Estados Unidos y, por lo tanto, como enemigo.
Con respecto a la demanda del EI, Toshiyuki Shikata, experto en temas de defensa, afirma que Japón no puede ceder y pagar el rescate. “Al menos no abiertamente”, matiza.
A su juicio, Tokio no tiene más opción que prometer públicamente que luchará contra el terrorismo. (International Press)
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