Innovaciones tecnológicas aumentan eficiencia de cultivos y reducen costos
Los agricultores de la prefectura de Hokkaido, de la mano de tecnología de última generación, están introduciendo reformas para fortalecer su competitividad.
El área promedio de cultivo en Hokkaido rondaba las 26 hectáreas por agricultor en 2013, casi 11 veces la media nacional de 2,4 hectáreas. Atraídos por esta vasta y productiva tierra, grandes empresas están llevando tecnologías desarrolladas originalmente para un uso no agrícola a la agricultura de esta rica prefectura.
Un invernadero en Tomakomai, manejado por la empresa J Farm Tomakomai, alberga hileras de plantas de tomate, unos 12.000 en total, que alcanzan una altura de 4 metros. Para recoger los frutos se utiliza un ascensor, revela el diario Nikkei.
Aunque solo hay cinco o seis trabajadores en el invernadero, este puede despachar hasta 10.000 tomates al día.
El cultivo en este invernadero es alrededor de 50 % más eficiente que en los invernaderos ordinarios. Las temperaturas se mantienen a 25 grados durante el día y 15 grados por la noche, incluso en invierno.
J Farm fue establecida conjuntamente por la firma JFE Engineering y una corporación agrícola de Sapporo.
El invernadero cuenta con un sistema desarrollado por JFE Engineering. El gas natural se quema para activar un grupo electrógeno, y la electricidad producida se utiliza para iluminar el invernadero y un edificio de oficinas. El dióxido de carbono producido en la combustión se purifica e introduce en el invernadero; el calor generado se utiliza para la calefacción en invierno.
En las áreas alrededor de Tomakomai, las temperaturas caen a aproximadamente 15 grados bajo cero en invierno.
El uso eficiente de combustible reduce el costo del cultivo de hortalizas en el invernadero. El negocio «es rentable durante todo el año», le dice a Nikkei Koichi Kimura, presidente de J Farm, empresa que ha recibido numerosas consultas sobre su sistema procedentes tanto de Japón como del extranjero.
Por su parte, IHI, un importante fabricante de maquinaria pesada, está llevando a cabo pruebas con cerca de 300 agricultores de Tokachi con el objetivo de aplicar su tecnología aeroespacial en el campo.
Una pantalla conectada a un sistema de detección remota muestra imágenes de los campos con códigos de colores en rojo, naranja y verde. El sistema analiza la cantidad de clorofila, que puede variar de un lugar a otro, utilizando imágenes captadas por satélite. Esto permite a los agricultores percibir las diferencias en las condiciones de crecimiento de sus cultivos.
“En Tokachi, donde el área de cultivo de cada agricultor es de al menos 30 a 40 hectáreas, no es fácil ir a todos los campos. El análisis de imágenes ofrece una gran ventaja», explica un represente de IHI.
El sistema también mide la temperatura y la cantidad de luz solar, actualizando la información cada hora. Al examinar las imágenes de campo junto con los datos del tiempo, los agricultores pueden decidir qué zonas de sus extensos campos necesitan más fertilizante o si deben reprogramar su cosecha.
IHI se ha fijado como objetivo ayudar a los agricultores a aumentar sus ventas y reducir sus costos en un 5 % para 2016.
Por otro lado, Mitsui & Co. y una empresa agrícola de Hokkaido comenzaron este otoño a comercializar una nueva variedad de cebolla, el sarasara-gold, que contiene más quercetina (un compuesto que ayuda a prevenir enfermedades relacionadas con el estilo de vida) que las variedades comunes.
La cebolla se cultiva usando una semilla desarrollada por la socia de Mitsui, que espera que esta cebolla “saludable” llegue a los grandes almacenes. La cosecha del primer año se estima en alrededor de 100 toneladas, pero se prevé superar las 5.000 toneladas en el corto plazo. Además, entre los planes futuros figura su comercialización en el exterior.
Mitsui tiene previsto, también, desarrollar alimentos procesados utilizando su cebolla “saludable”. (International Press)