Hacen trabajos mal pagados y no tienen beneficios laborales
Yuka Suzuki es madre soltera, tiene 47 años, prácticamente carece de ahorros y gana alrededor de 2,7 millones de yenes anuales (22.700 dólares), la mitad del salario medio nacional (5,4 millones o 45.400 dólares).
La mujer se divorció hace 11 años. Tras casarse y formar familia, renunció a su trabajo para criar a sus hijos, una chica y un chico que hoy tienen 19 y 16 años.
Después de separarse, comenzó a trabajar a tiempo parcial. Actualmente labora alrededor de 40 horas a la semana, como cualquier empleado regular; sin embargo, su estatus laboral es el de una trabajadora no regular, motivo por el cual no tiene derecho a seguros, vacaciones o jubilación.
Otro caso: Miyuki Tomaru tiene 46 años, es madre de niñas gemelas y ha escrito un libro sobre cómo sobrevivir siendo una mamá soltera.
Como Suzuki, Tomaru dejó de trabajar al formar familia y tuvo que buscar empleo cuando se separó poco después del nacimiento de sus hijas. Como no conseguía un sitio donde las cuidaran para que ella pudiera trabajar, tuvo que esperar hasta que alcanzaran los 3 años y entraran al kínder. Sin embargo, solo las cuidaban hasta las 2 p. m. y cerraban durante las vacaciones escolares, limitando sus opciones de empleo.
Tomaru ha hecho muchos trabajos eventuales, desde reparto de almuerzos hasta ventas en línea. La mujer le cuenta a Japan Times que las vacaciones eran el momento más duro, porque tenía que dejar de trabajar y consumir sus escasos ahorros.
Pese a lo difícil de su situación, Suzuki y Tomaru son más afortunadas que muchas de las 1,2 millones de madres solteras en Japón.
Sus exesposos están entre el 20 % que paga la pensión alimenticia después de una separación. Miyuki Shimoebisu, profesora de la Universidad de Tohoku, explica que la mayoría de los divorcios en Japón se arreglan por consentimiento y no obligan a un acuerdo de manutención del niño.
«Incluso cuando hay un acuerdo legal de manutención del niño, no hay mecanismos disponibles para que las madres se aseguren de recibir los pagos», añade.
Los casos de ambas ilustran la situación típica de una madre soltera en Japón: dejan de trabajar para criar a sus hijos, se separan, buscan empleo y durante años y décadas hacen trabajos mal pagados a tiempo parcial con pocas posibilidades de tener un empleo permanente (con mejor salario y derecho laborales).
Por otro lado, casi el 55 % de hogares monoparentales en el país asiático está por debajo del umbral de la pobreza y la situación es particularmente dura para las mujeres, subraya Japan Times.
La línea de la pobreza se calcula en alrededor de 1,2 millones de yenes al año (10.100 dólares). Un hogar cuyos ingresos están por debajo de esa cifra es considerado pobre.
De acuerdo con un ranking de bienestar financiero para padres solteros que trabajan elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, Japón ocupa el último lugar entre los 34 países que la integran.
«La brecha entre hombres y mujeres y entre el trabajo regular y no regular es enorme en Japón y las madres solteras son mal pagadas», enfatiza Yanfei Zhou, experto en temas laborales.
Las cifras son elocuentes: el 69,5 % de las mujeres de 25 a 44 años trabaja en Japón; en el caso de los hombres, la tasa se eleva a 91 %. Mientras el 39 % de las madres solteras tiene un trabajo regular, en el caso de los padres solteros la proporción se eleva a 67 %.
La mitad de las madres solteras tiene ahorros inferiores a los 500.000 yenes (4.200 dólares), lejísimos de los 10.500.000 yenes (88.000 dólares) de ahorros promedio de los hogares japoneses.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha declarado que quiere crear una sociedad donde las mujeres puedan “brillar”. Por lo visto, resta muchísimo por hacer. (International Press)
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