16 millones de vehículos en todo el mundo han sido llamados a revisión
En los próximos días, Takata y los fabricantes de automóviles en EEUU afrontarán una mayor presión de las autoridades estadounidenses para solucionar los problemas con los airbag de la compañía japonesa de equipos para el automóvil.
Takata está bajo el microscopio de la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA) y de los políticos estadounidenses que la semana pasada forzaron a los ejecutivos de la compañía a comparecer en el Congreso para explicar los problemas con los airbag.
Alrededor de 16 millones de vehículos en todo el mundo, de ellos 10 millones en Estados Unidos, han sido llamados a revisión para sustituir sistemas de airbag defectuosos que pueden explotar y convertir en proyectiles mortales pequeñas piezas de metal.
En Estados Unidos, las autoridades creen que al menos cinco personas han muerto a consecuencia del problema con los airbag de Takata, instalados en muchos de los vehículos de los principales fabricantes de automóviles del mundo.
El pasado jueves, durante una comparecencia ante el Comité de Comercio del Senado estadounidense, el vicepresidente de Calidad Global de Takata, Hiroshi Shimizu, reiteró la explicación oficial de la compañía de que el problema se centra en los aparatos que inflan las bolsas especialmente en condiciones de elevada humedad.
Shimizu se remitió a la información proporcionada por Takata en abril de 2013 a NHTSA en la que señaló que el aparato que infla el airbag frontal del pasajero del vehículo «puede producir una presión interna excesiva, causando la ruptura en el momento de activación del airbag» en condiciones de alta humedad.
La explicación de Takata ha permitido que hasta ahora los fabricantes de automóviles hayan limitado las llamadas a revisión a estados donde se dan condiciones de elevada humedad durante el año.
Pero las autoridades estadounidenses han empezado a dudar de las explicaciones de Takata y su sinceridad, así como de la voluntad de los fabricantes de automóviles para resolver rápidamente el problema.
El martes, NHTSA emitió una dura advertencia a Takata y los fabricantes de automóviles para forzar a las compañías a que extiendan la llamada a revisión de los airbag de los conductores a todo el territorio estadounidense.
«Esta decisión está basada en la evaluación por la agencia de un fallo del airbag del pasajero delantero en un vehículo fuera del actual área regional de revisión y su relación con cinco rupturas previas del airbag, todas ellas cubiertas por llamadas a revisión regionales en marcha», indicó NHTSA en un comunicado.
NHTSA añadió que tanto Takata como los fabricantes de automóviles que utilizan sus airbag deben presentar, «bajo juramento, un informe detallado y todos los documentos sobre pruebas completadas y en marcha de los infladores de Takata».
«La agencia está solicitando está información para forzar a Takata y el sector afectado a que sean francos no sólo con NHTSA sino con el público estadounidense», añadió el regulador federal.
NHTSA considera que los fabricantes de automóviles, acuciados por un número sin precedente de llamadas de revisión por un sinfín de defectos, han sido demasiado lentos a la hora de poner en marcha los programas para reparar los airbag de Takata. (EFE)
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