La salsa de la papa a la huancaína, uno de las delicias de la gastronomía peruana, fue el toque que convirtió al stand del restaurante Keimi, que se presentó en el Festival Internacional de Yamato, en uno de los visitados.
Esta es la reflexión que hace el peruano César Funato, propietario del restaurante, cuando se le preguntó por su presentación en la festividad de pasado domingo 26 de octubre.
El Keimi y el stand brasileño, que vendió espetos con su tradicional churrasco, fueron los locales más concurridos en un festival de música, danza y gastronomía que cada año se hace más popular. Hubo también comida de Turquía, Corea del Sur, Tailandia e India, además performance de danza de Okinawa, flamenco de España y música andina.
Funato ofreció la siguiente fórmula que, afirma, le dio resultado tanto en sabor como en oferta. Un chorizo con papa a la huancaína a 300 yenes, un parrikucho (parrillada de carne con aderezo de anticucho) en palito con papa a la huancaína a 300 yenes, un chorizo y un parrikucho rociados con crema de huancaína a 500 yenes, dos empanadas en caja a 600 yenes y una caja de alfajores con 4 unidades por 600 yenes.
La carne y el aderezo del llamado parrikucho estuvieron en su punto. Ofreció un corte suave y una salsa sin tanta sal que agradó a los japoneses. El chorizo, asado a la parrilla, estuvo bueno. Entre tanta comida de distintos países que fue ofrecida en Yamato, la diferencia la hizo la salsa de huancaína.
“En los festivales, tanto los brasileños como los colombianos expenden los chorizos y también existe mucha competencia con los anticuchos. La idea es darle a los clientes un plus que haga la diferencia, en mi caso fue la salsa de la huancaína, y por supuesto de la atención personalizada”, explicó el peruano al sustentar presentación en el festival. (International Press)
