Japón debe aprender a «no volver a tomar algunos caminos del pasado»
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, defendió hoy, con motivo del 69 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, el carácter pacifista de Japón en un momento marcado por la reinterpretación de la Constitución aprobada por su Gabinete para reforzar las Fuerzas de Autodefensa.
«Hoy es un día para reiterar nuestro compromiso con la paz», dijo Abe durante su discurso en la ceremonia celebrada en el estadio Budokan de Tokio, a la que asistieron los emperadores Akihito y Michiko y unos 4.700 familiares de fallecidos durante el conflicto bélico.
«Japón seguirá contribuyendo a la paz mundial duradera en todo lo posible», afirmó Abe, quien añadió que este país «debe aprender con humildad de las lecciones de la Historia» y «no volver a tomar algunos caminos del pasado».
El primer ministro nipón no mencionó durante su intervención la histórica modificación de la Constitución pacifista aprobada por el Gobierno el mes pasado en medio de protestas de un amplio sector de la sociedad nipona.
Este cambio permitirá a Japón ejercer el llamado derecho de auto-defensa colectiva, que consiste en defender a sus socios si son atacados, algo hasta ahora limitado por el artículo 9, que impide al país el uso de la fuerza para resolver conflictos internacionales.
Abe tampoco se refirió a las agresiones militares que Japón infligió a países vecinos antes de la II Guerra Mundial ni pidió disculpas por el «considerable daño y dolor» que éstas causaron, algo que hicieron desde 1994 todos sus predecesores en el cargo durante el acto conmemorativo anual.
El año pasado, su omisión de esta mención recibió críticas tanto de los Ejecutivos de Corea del Sur y de China como de algunos medios japoneses.
El acto de hoy comenzó con un minuto de silencio en recuerdo a los 2,3 millones de militares y 800.000 civiles que fallecieron en Japón entre 1939 y 1945.
También, coincidiendo con el 69 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, tres ministros del Gobierno japonés visitaron hoy el polémico santuario tokiota de Yasukuni, vinculado al pasado militarista del país.
Yasukuni honra a todos los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945 y entre ellos se cuentan 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente por los actos cometidos durante la II Guerra Mundial. (EFE)