Japonesa estudió en una gran universidad, pero llora porque no tiene trabajo ni novio

Psiquiatra le aconseja que sea menos exigente y aproveche cualquier oportunidad

A tiene veintitantos años, vive en Tochigi y es pesimista con respecto a su futuro porque no tiene trabajo ni novio. Le escribe a Yomiuri Shimbun en busca de salida, de una esperanza.

El año pasado se graduó de una universidad de primer nivel. Sin embargo, desde entonces, no ha podido encontrar un buen empleo. No dice cuál es su profesión, pero revela que ha postulado sin éxito a cargos en el sector público.

Trabajó en el laboratorio de una universidad a medio tiempo, pero a las dos semanas lo dejó porque era víctima de acoso laboral. Postuló a una vacante en la oficina de administración de la misma universidad, pero la rechazaron.

Su desolación aumentó hace poco cuando retomó contacto con amigas de su escuela. Ellas tienen trabajo, esposo, hijos. Todo lo que A no tiene.

“Estoy muy frustrada, no puedo dejar de llorar. De repente nunca voy a poder encontrar trabajo ni casarme. Cuando pienso en eso, me siento triste, miserable y frustrada. Mi madre no entiende mi agonía. ¿Qué debo hacer?”, pregunta.

La psiquiatra Junko Umihara le responde que entiende su amargura, pues cuando uno no tiene trabajo, a menudo siente que no tiene un lugar en la sociedad.

Sin embargo, Umihara hace notar que A subraya que egresó de una universidad de primer nivel, y cree que ese orgullo podría ser un obstáculo para que encuentre empleo.

Quizá por haber estudiado en una universidad de prestigio, las aspiraciones laborales de la mujer son demasiado altas (un elevado cargo, una compañía reputada, etc.).

La psiquiatra le sugiere –a través de Yomiuri– que sea menos exigente y empiece a “buscar un trabajo con el objetivo de encontrar un lugar en la sociedad. Haciendo esto, tendrá más opciones y probablemente se sentirá más a gusto”.

La experta le pide que deseche esa idea de que como se graduó de una gran universidad no puede hacer cualquier trabajo y que, en lugar de eso, se esfuerce en hacer lo mejor posible cuando tenga la oportunidad.

Es tiempo de cambiar de actitud para “hacer un nuevo comienzo”, concluye la consejera. (ipcdigital)