Jóvenes uruguayos son atraídos por el J-Pop y el anime
Álvaro Mellizo / EFE
Uruguay y Japón, dos países que se encuentran en lugares diametralmente opuestos del globo terráqueo, tuvieron un insospechado acercamiento cultural con la celebración en Montevideo de un concurso de karaoke de pop en japonés (J-Pop) y canciones de series animadas del país asiático.
Una veintena de jóvenes uruguayos, sin dominio del lenguaje del país oriental e impulsados tan solo por su fanatismo hacia la cultura japonesa, el anime, el manga y la música popular asociada a esas formas de dibujos animados y cómic, se subieron al escenario del Ateneo de Montevideo en la noche del viernes para dar rienda suelta a sus impulsos artísticos.
«Este es el séptimo concurso que se hace organizado por la Embajada de Japón y con la ayuda de empresas japonesas. El karaoke es una costumbre muy extendida en Japón, y hace unos años a alguien se le ocurrió que podría hacerse aquí. Pero sin duda no se esperaba tanta afición», explicó a Efe, Rumiko Kitao, consejera de Cultura de la legación japonesa en Montevideo.
El amor japonés por el karaoke, representado en occidente en películas como la premiada con un Oscar «Lost in Translation», fue explicado al inicio del concurso por Naohito Watanabe, consejero de la embajada de Japón, quien apuntó que forma parte «de la cultura japonesa del eclecticismo y la adaptabilidad».
Además, al habilitar cosas como «chillar y gritar» sin impedimentos, es un buen instrumento para «quitar el estrés de la vida cotidiana a hombres y mujeres».
Dispuesto a predicar con el ejemplo, Watanabe fue el primero en subir al escenario y, acompañado por un excelente cuerpo de baile formado por Takashi y Risa Shishido, rompió el hielo y arrancó las primeras risas del más de un centenar de espectadores que acudieron al concurso con su interpretación del tema de aires tropicales «Koi ni ochite».
Giovanni Tavaniello, uno de los concursantes, explicó a Efe que la idea de cantar «por fonética» el tema de una serie de dibujos animados o de una banda de pop desconocida fuera de Japón, es simplemente por «divertirse», aunque reconocieron cierto «fanatismo» por ese mundo.
«Una cosa lleva a la otra. El anime te lleva a aprender sus canciones, y de allí pasas al J-Pop. Terminas sabiéndote las canciones y luego escribes las letras en japonés romanizado», indicó al explicar sus técnicas de aprendizaje.
Su pareja en el escenario, Ana Clara Deleo, no se mostró tan entusiasmada por la cultura japonesa bajo la peluca rubia del personaje que interpretaba, y señaló entre risas antes de saltar al escenario, que había sido «arrastrada» al escenario y que se disfrazaba «para que no la reconocieran».
Valeria Vega, otra intérprete, indicó que ella acudió porque le gusta cantar y «el idioma japonés», que está estudiando, si bien reconoció también su «fanatismo puro y duro» por la música de las series animadas de aquel país.
Ataviada con un vistoso kimono de color verde pálido, Vega indicó que aprendió su canción «escuchándola hasta aburrirse» y preguntando a los que la escuchaban «si me salió bien o no».
«Nunca me escuchó un japonés, pero me dijeron que soy «kaguai» (“kawaii”), que quiere decir «linda», pero nadie me dijo que si cantaba bien o mal», añadió.
Precisamente, la calidad de los intérpretes y su uso del japonés, «que de verdad se entiende», es una de las cosas que más impresionó a los organizadores del evento.
«Sentimos mucha admiración por el esfuerzo de hacer eso, vestirse, ensayar y venir a cantar en público. Muchos ensayan con profesores de música, incluso. Algunos cantan maravilloso», subrayó Kitao.
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