Multitudinarios hanami congregan a familiares y amigos en festejos al aire libre
Antonio Hermosín / EFE
Hamburguesas, cócteles o chocolatinas de color rosa pueden degustarse durante apenas dos semanas en Japón con motivo del sakura, la temporada de los cerezos en flor que cada año se vive como una gran fiesta en todo el país.
Entre finales de marzo y principios de abril, el vistoso rosa pálido de la flor del cerezo adorna calles, jardines y parques de las ciudades niponas, marcando el inicio de la primavera y una época que los japoneses festejan al aire libre en multitudinarios hanami o picnic bajo estos árboles.
Pero además de deleitar a la vista, el rosa sakura puede «saborearse» en restaurantes, cafeterías o tiendas gracias a los insólitos alimentos y bebidas que se preparan y comercializan especialmente para esta temporada.
Un ejemplo de ello es la hamburguesa sakura teritama que sirve la cadena estadounidense McDonald’s como «edición limitada» a Japón y durante la primavera, compuesta de carne de cerdo con salsa teriyaki, huevo frito, lechuga, mayonesa al daikon (rábano japonés de tono rosáceo) y un panecillo del mismo color.
Numerosos establecimientos locales incluyen algún guiño al hanami en sus cartas, en la mayoría de los casos vinos rosados o cócteles especiales a base de licores y zumos inspirados en la celebración tradicional o incluso con pétalos de cerezo.
Es el caso del bar del Hotel Ana Intercontinental de Tokio, donde se sirve un sakura mojito con licor de cerezo y zumo de arándanos en lugar de ron y zumo de limón, ingredientes habituales del popular cóctel de origen cubano.
Otro establecimiento hotelero tokiota, The Peninsule, ofrece un set de picnic en cajas tradicionales bento y «concebido para tomarse bajo los cerezos», que incluye embutidos, sandwiches y dulces con el color correspondiente y media botella de vino rosado.
Por su parte, la franquicia estadounidense Starbucks presenta para la ocasión una línea de bebidas sakura que incluye un chocolate blanco caliente con aroma de fresa y cobertura de caramelo, nata y pétalos de cerezo, así como una variante fría o frappuccino.
En cualquier tienda de alimentación o supermercado pueden encontrarse productos conocidos internacionalmente pero en variantes específicas para la celebración nipona, como el KitKat sakura matcha con sabor a flor de cerezo y té verde o el helado de Häagen-Dazs elaborado con pétalos de este árbol y salsa de cereza.
El rosa pálido tiñe asimismo infinidad de productos típicos japoneses como las onigiri (bolas de arroz relleno o mezclado con otros ingredientes) o los pasteles tradicionales a base de anko, una legumbre oriental de sabor dulce.
Entre los dulces más populares en esta época destaca el sakuramochi, elaborado con harina de arroz glutinoso y azúcar y relleno de pasta de anko, que sirve envuelto en una hoja de cerezo encurtida y ocasionalmente con pétalos del mismo árbol.
El sakuramochi también se come habitualmente durante el hinamatsuri o Festival de las Muñecas, otra festividad nipona dedicada sobre todo a las niñas que se celebra cada 3 de marzo.
Todos los años, el hanami sirve de excusa para el deleite de los sentidos en compañía de familiares y amigos, y para dar rienda suelta a una mayor espontaneidad gracias al ambiente festivo que se respira en las ciudades japonesas durante esta época.
El sakura es un fiel reflejo de la idiosincrasia del país y de su aprecio por la belleza discreta, delicada y efímera.
La celebración se prolonga tanto como la vida de la flor del cerezo -apenas dos semanas-, y este año empezó oficialmente el 25 de marzo en Tokio y finalizará entre la primera y la segunda semana de abril, dependiendo de cada región del país y del clima, según las previsiones de la Agencia Meteorológica nipona.