Estética, moda, frío y tendencia social influyen en su popularidad
En Japón es común ver a gente usando mascarillas por razones de salud o higiene, para evitar contagiar si uno está con gripe, por ejemplo, o no ser contagiado.
En 2003, la compañía Unicharm lanzó un nuevo tipo de mascarilla, más eficaz y barata de las que había hasta entonces, diseñada especialmente para las víctimas de rinitis alérgica. Su éxito extendió el uso de las mascarillas.
En la última década las ventas de estos accesorios se han más que triplicado. Se estima que en el actual periodo fiscal (que culmina en marzo) el mercado de mascarillas en Japón está valorado en 23.900 millones de yenes (229,8 millones de dólares).
Sin embargo, no todos las usan por motivos de salud, revela Yahoo! Japan.
Una mujer de 46 años cuenta que su hija adolescente se cubre la boca con una mascarilla y se coloca auriculares en los oídos para mantener distancia con la gente y evitar que le hablen.
El psicólogo Jun Fujikake explica que la tendencia a usar una máscara para evitar el trato directo con los demás podría deberse a que los jóvenes de hoy están más acostumbrados a la comunicación indirecta a través del correo electrónico y las redes sociales que a la relación cara a cara.
Mientras hay gente que busca mantener apartado al resto a través de las mascarillas, existen otros que las usan para mantener tibio o caliente el rostro. En invierno uno puede ponerse encima abrigos, bufandas y gorras para protegerse del frío. Hasta guantes, para que las manos no sufran. ¿Y la cara? Bueno pues, para eso están las mascarillas.
Por otro lado, no falta gente que las usa por motivos estéticos. Una modelo profesional cuenta que después de una sesión de fotos se lava el rostro para quitarse el maquillaje, y acto seguido se coloca una mascarilla para que la gente en la calle no vea su cara al natural.
También hay mujeres que cuando tienen que salir de pronto a la calle para realizar un trámite o gestión, prefieren ponerse una máscara para no perder el tiempo maquillándose.
La moda también influye en la popularidad de estos adminículos. Cada vez hay más empresas que venden mascarillas con variados y coloridos diseños (flores, lunares, etc.) e incluso de color negro azabache al estilo ninja.
Hay una compañía que ha llegado más lejos aún. T-Garden comercializa una mascarilla que –asegura– ayuda a perder peso gracias al aroma a frambuesa que emite y que acelera el metabolismo.
Como sea, más allá de las razones de su uso, la industria de la mascarilla goza de buena salud en Japón. (ipcdigital)
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