Ejército japonés mató a 300.000 civiles chinos en 1937
El Gobierno chino, disgustado por la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al santuario de Yasukuni (que rinde homenaje a criminales de guerra) retó al mandatario nipón a que visite el memorial que recuerda la Masacre de Nankín de 1937, en la que el ejército japonés mató a 300.000 civiles chinos.
«Si Abe realmente quiere mejorar su relación con sus vecinos chinos y mostrar verdadero respeto, debería ir al Memorial de la Masacre de Nankín, en lugar de al Santuario de Yasukuni», señaló el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Qin Gang en rueda de prensa.
Los gobiernos de China, Corea del Sur y EEUU han lamentado la visita de Abe el jueves a Yasukuni, un santuario sintoísta en el centro de Tokio que homenajea a las víctimas japonesas de conflictos armados de los siglos XIX y XX, entre ellas 14 criminales de guerra durante la invasión nipona de Asia Oriental.
La Matanza de Nankín (diciembre de 1937-enero de 1938) se produjo durante las seis semanas que duró la toma de esa ciudad oriental china, entonces capital del país, y para Pekín es el principal símbolo de los crímenes de guerra cometidos por el gobierno imperialista nipón en la Segunda Guerra Mundial.
Un museo, que incluye parte de una fosa común en la que se muestran restos de los masacrados, recuerda este hecho en esa ciudad cercana a Shanghái.
Sobre la visita, el portavoz de Exteriores, quien ya había condenado horas antes la acción de Abe, añadió en rueda de prensa que «daña la base de la relación bilateral y construye una nueva barrera para la mejora de los lazos mutuos».
La fuente oficial notó la coincidencia del gesto de Abe con el día en el que China celebra el 120 aniversario del nacimiento de Mao Zedong, y por ello recordó que el Gran Timonel luchó contra la invasión japonesa.
«El presidente Mao dijo entonces que China es un gran país que tenía la justicia en sus manos y el apoyo popular, por lo que la victoria final (contra Japón) sería nuestra», rememoró el portavoz.
Qin también respondió a declaraciones de Abe tras su visita a Yasukuni en las que explicaba que su acción no iba destinada a provocar a los países vecinos sino que era una muestra de respeto a los caídos en guerra por Japón, un país libre y democrático.
«La visita es, precisamente, una blasfemia contra la democracia, la paz y la libertad», aseguró el portavoz chino.
Fuentes diplomáticas japonesas informaron de que la viceprimera ministra china Liu Yandong ha cancelado un encuentro previsto entre parlamentarios nipones, en aparente represalia por la visita al Yasukuni. (EFE)
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