Norma exige a empresas que velen por la salud de sus trabajadores
Mayumi Iwata, de 33 años, perdió a su esposo Takayuki en 2012 por exceso de trabajo. Hacía más de cien horas extras al mes.
Takayuki murió a los 33 años, poco antes del nacimiento de su primera hija.
Ahora Mayumi espera que el Parlamento japonés apruebe un proyecto de ley que busca que casos como el de su esposo no vuelvan a ocurrir.
La mujer, entrevistada por Mainichi Shimbun, lamenta que su pequeña hija Yuka, de un año, nunca haya estado en brazos de su padre y que solo lo conozca por fotos.
Takayuki, como director general de una compañía, tenía a su cargo el manejo de seis tiendas en las prefecturas de Aichi y Mie. A diario salía en la mañana para visitar los locales y retornaba a su casa después de la medianoche.
Una asfixia motivada por un mal cardiaco acabó con su vida mientras estaba laborando. Su muerte fue atribuida al exceso de trabajo.
Mayumi exigió a la compañía que empleaba a su esposo que se disculpara y tomara medidas para que no muriera más gente por trabajar demasiado. No hubo una respuesta concreta. En noviembre, entabló una demanda contra la empresa para que asumiera su responsabilidad por obligar a trabajar en exceso a Takayuki durante más de una década.
La mujer espera que el proyecto contra el karoshi sea aprobado lo antes posible. Si su promulgación tarda, el número de víctimas subirá, le dice a Mainichi.
La iniciativa legal establece que los empleadores asuman un rol más activo en el cuidado de la salud de sus trabajadores.