Menos del 5 % de vehículos vendidos son de marcas no japonesas
Los principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos, como General Motors y Ford, se han abstenido de participar en el Tokyo Motor Show por tercera vez.
¿Por qué? Expertos consultados por AFP sostienen que su débil presencia en el mercado japonés (el tercero más grande del mundo) y la dificultad para acceder a él proporcionan escaso estímulo a las compañías extranjeras a invertir tiempo y dinero en Japón.
El año pasado, se vendieron 5,37 millones de vehículos en Japón. Apenas el 4,5 % pertenecía a marcas no japonesas.
Las barreras no arancelarias y la ausencia de modelos que satisfagan a los consumidores locales son citadas como las principales razones del poco arraigo de los automóviles extranjeros en Japón.
Por ejemplo, los vehículos ligeros, con motores de 660 cc o menos, que representan cerca de un tercio de las ventas en Japón, constituyen una categoría de automóviles que casi no existe entre las compañías de Estados Unidos y Europa.
Frederic Bourene, responsable de marketing en Japón de la francesa Renault, afirma –en entrevista a AFP– que el mercado japonés es altamente competitivo. Explica que por los costos logísticos y el tipo de cambio los vehículos extranjeros cuestan alrededor de 20 % más que los japoneses.
Pese a que Renault ha duplicado sus ventas en los últimos cuatro años, tiene previsto vender solo 3.600 unidades en 2013.
Mejor le va a Volkswagen, que prevé vender 60.000 vehículos en Japón este año. Un vocero del fabricante alemán asegura que a los japoneses no les gusta tomar riesgos y desean tener confianza en la marca que están adquiriendo. Para acercarse más a los consumidores, están apelando a celebridades japonesas.
Mientras tanto, el también alemán BMW vendió 40.000 automóviles en 2012 gracias a que constantemente está cambiando sus modelos para satisfacer las necesidades de sus clientes, según indica a APF un vocero de la compañía europea.
Sin embargo, los fabricantes extranjeros se quejan de que Japón impone demasiadas barreras –de tipo técnico, por ejemplo– a la entrada de sus vehículos. Tomohiko Yoshioka, ejecutivo de Peugeot-Citroen, revela que a menudo deben hacer modificaciones en sus autos para que puedan ser aprobadas por las autoridades japonesas.
General Motors tiene solo 34 concesionarios en Japón, donde el año pasado apenas vendió mil unidades, frente a los 4.700 que tiene Toyota.
Un portavoz de GM en Japón afirma que cualquier cosa que contribuya a cerrar las brechas entre las regulaciones internacionales y japonesas –lo que podría lograrse, por ejemplo, a través del Acuerdo de Asociación Transpacífico– será bienvenida.
Por su parte, el jefe de Ford, Alan Mulally, ha acusado al gobierno japonés de manipular el yen para que se deprecie y obtener ventajas comerciales.
Algunos consideran que el mercado nipón de automóviles es el más cerrado del mundo.