Delincuentes eran estudiantes universitarios
Es usual leer o ver en las noticias en Japón que un anciano ha sido víctima de un fraude telefónico: un estafador llama a una persona de la tercera edad y le hace creer que es su hijo u otro pariente en dificultades económicas para pedirle dinero.
Afortunadamente, no todos caen. Una mujer de 69 años, residente en la ciudad de Mitaka, en Tokio, recibió el pasado 3 de septiembre la llamada de un hombre que aseguraba ser su hijo y que necesitaba devolver un préstamo a la compañía para la que trabajaba.
La anciana supo que se trataba de un fraude porque su hijo no tiene trabajo de oficina. Sin embargo, en vez de cortar o desenmascarar al delincuente, fingió ser engañada y le pidió que la volviera a telefonear.
De inmediato –relata la NHK– se contactó con la policía para informarle de los hechos. Más adelante, cuando el estafador volvió a llamarla, ambas partes acordaron en que el dinero sería entregado al día siguiente cerca de un parque.
En el lugar y a la hora convenidos, llegaron dos hombres para recibir el dinero. Los que cayeron víctimas de un engaño fueron ellos, pues la policía apareció para arrestarlos. Los sujetos, ambos de 21 años, eran estudiantes universitarios.
No es esta la primera vez en que la mujer coopera con la policía para detener a un estafador. Gracias a ella, en mayo fue atrapado otro delincuente de similares características.