Haruki Murakami y Hayao Miyazaki, entre otros, gozan de gran popularidad en Corea del Sur
Los conflictos son cosa de los políticos parece pensar un importante sector de la sociedad surcoreana. Pese a la disputa por las islas Takeshima/Dokdo e históricas hostilidades que se arrastran desde el siglo pasado, los habitantes de Corea del Sur no han perdido el interés por el arte y la cultura popular de Japón.
Por ejemplo, una muestra de la artista visual nipona Yayoi Kusama en la ciudad de Daegu ha atraído a unas 135.000 personas en poco más de un mes, una cifra superior a la prevista.
El 15 de agosto, día en que se conmemoró la liberación de Corea del dominio colonial nipón (1910-45) y por ende propicio para que el sentimiento antijaponés se incremente, la muestra tuvo 5.000 visitantes. Un empleado del museo donde se exhibe dijo –en declaraciones recogidas por Jiji Press– que “aparentemente la cultura supera las dificultades políticas”.
Otras dos exposiciones de arte japonés, ambas en Seúl –una de ellas del artista pop Takashi Murakami–, también han sido favorecidas con una significativa afluencia de visitantes.
En el campo de la literatura, la situación también es positiva. “Los años de peregrinación del chico sin color”, la última obra de Haruki Murakami, ha vendido 350.000 copias en solo 40 días en Corea del Sur, cifra que lo coloca a la cabeza de los best-sellers. Las novelas de Keigo Higashino, Miyuki Miyabe y Kaori Ekuni también gozan de popularidad.
Asimismo, los fans de las cintas animadas japonesas, especialmente las de Studio Ghibli (responsable de las obras de Hayao Miyazaki) están creciendo. Solo en lo que va del año se han estrenado 37 películas animadas japonesas en Corea del Sur (frente a las 11 que se vieron en todo 2010).
El director de la Fundación Japón en Seúl, Hiroyuki Kojima, destacó que las asperezas políticas no influyen en los lazos culturales entre ambos países y que en Corea del Sur existe una gran admiración hacia las manifestaciones culturales japonesas.