Ciudad se recupera de la tragedia a través de sus tradiciones
Texto: Adiene Roque de Hishiyama*
Fotos: Kei Sato*
Los festivales y las fiestas tradicionales en todo el mundo cumplen la misión de fortalecer la identidad y la integración en las comunidades. Son espacios para encontrarse con valores individuales, culturales y sociales de una sociedad.
Son muchos los significados que confluyen en un festival tradicional, podemos mencionar algunos como las formas de vida y trabajo, la historia de la comunidad y distintas manifestaciones culturales como la música, instrumentos, bailes, vestimenta, ritos, comida, costumbres, entre otros muchos.
En pocas palabras, podemos decir que detrás de un festival hay toda una cultura y rituales llenos de significados. Esta es la razón por la que las celebraciones de los festivales enriquecen el sentido de pertenencia y bienestar social de los miembros de una comunidad.
Los festivales son una manifestación de las identidades de cada lugar, que sobreviven como pilares fundamentales de las culturas y se resisten a desaparecer. Este legado cultural se va traspasando de generación en generación con el deseo de que las tradiciones no desaparezcan ante la imponente fuerza del entorno global.
En algunos casos, estos festivales renacen de la nada. En lugares en donde la naturaleza ha arrasado con toda una ciudad, las tradiciones vuelven a aparecer. Este es el caso de la feria de Tanabata en Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate.
La zona de Rikuzentakata fue destruida por el terremoto y el tsunami el 11 de marzo del 2011. Esta es una fecha que recuerda mucho dolor a todo Japón, pero también es una fecha que recuerda lo que el pueblo japonés unido es capaz de superar.
Rikuzentakata era una ciudad muy famosa por sus festivales (matsuri), adornada de construcciones antiguas, por su bosque de pinos “pinos matsu” y su economía activa respaldada por uno de los puertos comerciales más grandes de Japón.
Aún a dos años de la tragedia, los ciudadanos demuestran el coraje, la valentía y el compromiso por construir un mejor futuro para Rikuzentakata. La ciudad se reconstruye minuto a minuto, sus habitantes trabajan para ello, pero lo hacen sin olvidar cómo era Rikuzentakata antes de la tragedia, tienen nostalgia del pasado y al mismo tiempo el deseo de rescatar sus tradiciones y su identidad.
No se trata sólo de reconstruir casa por casa una ciudad, implica mucho más que eso. Los sobrevivientes viven día a día adaptándose a una dura realidad, recordando lo que era su vida antes de la tragedia, pero también tomándose el tiempo para rescatar sus valores culturales e identidad social.
La gente de Rikuzentakata desea rescatar sus valores culturales, sus costumbres, su Tanabata Matsuri, como una manera de honrar a sus muertos. Ellos desean rescatar esta posibilidad de reencontrarse como comunidad.
Desde este punto de vista, la feria de Tanabata se convierte en un espacio de catarsis, en una manera de recordar su pasado, de sentir la presencia de los fallecidos y fortalecer el sentimiento de pertenencia de los sobrevivientes. Esta posibilidad es una llama que aviva la voluntad de la comunidad para sobreponerse.
Estos reencuentros que ocurren durante el Tanabata Matsuri afianzan el sentido de pertenencia grupal, la identidad social y al mismo tiempo se convierten en oportunidades para rescatar símbolos culturales, recordar la historia y recuperar el espíritu.
Actualmente muchos grupos voluntarios, instituciones y personas hacen esfuerzos para revitalizar el Tanabata en Rikuzentakata. Los grupos que participan en la conservación de las ferias y tradiciones tienen la seguridad de que cuando la reconstrucción de la ciudad haya finalizado, la comunidad va a necesitar la feria de Tanabata para adornarla y disfrutarla. Por eso, desde ahora, luchan para que estas tradiciones sobrevivan y se fortalezcan.
El Tanabata es una fiesta que tiene su origen en una leyenda de amor entre dos estrellas. Implica muchos significados culturales de ayer y de hoy. Hoy en día, el Tanabata en Rikuzentakata adquiere un significado sobrenatural, es el momento en que las estrellas se pueden reencontrar, una ocasión para el encuentro de las almas, del cielo y la tierra. Hoy parece que hay más estrellas en el cielo, tal vez sean muchas almas que iluminan Rikuzentakata desde el cielo.
Por esta razón, los sobrevivientes, hoy en día unen esfuerzos para que la gente participe y no deje morir la feria de Tanabata en Rikuzentakata. Piensan que si muchas personas van a vivir la experiencia de participar en el Tanabata Matsuri, seguramente se convertirán en defensores de esta tradición.
“Todo aquel que se anime a participar, será acogido como un miembro, como un receptor del legado cultural de esta tierra. Durante la feria de Tanabata, en Rikuzentakata, la gente puede reencontrarse con su esencia, sus recuerdos y vivir la alegría colectiva experimentada durante más de 300 años. No queremos que la feria de Tanabata desaparezca. En esta época, por la noche, el cielo es más inmenso, cercano y brillante. Parece que las almas se muestran en forma de estrellas para participar en el Tabanata”, dice el señor Sasaki, líder de la feria de Tanabata.
El deseo es mantener viva la tradición como un tributo a los que murieron y porque es parte de la memoria colectiva de los sobrevivientes.
Este mes de julio, la población de Rikuzentakata celebrará el tercer Tanabata Matsuri después de la tragedia. El deseo de propios y extraños es que poco a poco esta feria tradicional antiquísima de Japón se fortalezca más y más con cada año que transcurre.
Mi voz es solo una, pero va con el deseo de que llegue a mucha gente y así colaborar en la misión de transmitir el mensaje que Rikuzentakata tiene para Japón y para el mundo.
*Dra. Adiene Roque de Hishiyama
Especialista en temas de Cultura, Bilingüismo e Interculturalidad
E-mail: adieneroque@yahoo.com
*Kei Sato
HP: www.aftermode.com
Blog: http://s.ameblo.jp/keisatojapan/