Se ensombrecen previsiones de beneficios de las grandes multinacionales exportadoras
Andrés Sánchez Braun / EFE
La Bolsa de Tokio sufrió el jueves un nuevo batacazo motivado por la fuerte subida del yen y mantuvo así la estela de volatilidad que ha arrastrado desde mayo a raíz de las expectativas generadas por las políticas expansivas de Shinzo Abe.
Con la caída del jueves, del 6,35 %, el Nikkei ya se ha dejado más de un 20 % con respecto a su techo alcanzado el 22 de mayo -cuando superó los 15.600 puntos- merced a la fuerte corrección sufrida por el selectivo desde entonces, con lo que la mayoría de analistas hablan ya de una «tendencia a la baja».
Hasta el pico alcanzado el mes pasado, el indicador se había apreciado más de un 80 % desde noviembre de 2012.
Todo ello gracias al fuerte entusiasmo que despertaron las estrategias económicas propuestas por Shinzo Abe, elegido primer ministro en diciembre, y más tarde por el ambicioso plan de expansión monetaria presentado en abril por el Banco de Japón (BOJ).
Las fuertes caídas que experimentaron el euro y el dólar, que al cierre de la negociación se movían en la franja superior de los 125 yenes y la inferior de los 94, respectivamente (sus niveles más bajos desde abril), motivaron la venta de valores exportadores y precipitaron la caída del parqué nipón.
El meteórico ascenso del Nikkei hasta mayo vino acompañado por la fuerte depreciación del yen.
La moneda japonesa llegó a caer más de un 30 y de un 20 por ciento con respecto a las divisas europea y estadounidense en algo más de seis meses, algo que benefició enormemente al músculo exportador nipón ya que sus productos ganan competitividad y los beneficios se incrementan al repatriarlos.
Sin embargo, la contundente subida del yen en el último mes (un 10 y un 6 % ante dólar y euro) comienza a ensombrecer las previsiones de beneficios de las grandes multinacionales exportadoras niponas, muchas de las cuales han asumido para el ejercicio un tipo de cambio de 95 yenes por dólar.
La incertidumbre que rodea a la continuidad sobre el programa de compra de bonos de la Reserva Federal motivó el tercer retroceso consecutivo de Wall Street en la víspera, algo que obviamente empañó los ánimos en Tokio.
Desde que Tokio tocara techo en mayo la volatilidad se ha apoderado de la plaza nipona y se ha visto reforzada por las dudas que planean sobre los efectos reales de las políticas de Shinzo Abe.
La indiferencia que produjo en la víspera el borrador de la estrategia de crecimiento del Gobierno, y el que la reunión del BOJ de esta semana se saldara sin medidas para controlar la volatilidad en los intereses que paga el bono nipón -lo que amenaza con aumentar el tipo de referencia a largo plazo- no ayudaron en ese sentido.
Sin embargo, el propio gobernador del BOJ, Haruhiko Kuroda, quiso tranquilizar los ánimos y aseguró el jueves, tras reunirse con el propio Abe, que esa volatilidad «empezará a decaer gradualmente» ya que la recuperación de la economía nipona está «ganando impulso», tal y como apuntan algunos indicadores publicados en las últimas semanas.
No obstante, algunos han querido desligar esa volatilidad de los resultados que se esperan del «Abenomics» (nombre que recibe el programa económico del primer ministro).
«El problema del parqué pasa menos por el «Abenomics» y más por la corrección que está sufriendo el mercado de divisas», dijo Hiroichi Nishi, analista de SMBC Nikko Securities, al diario Nikkei.
«El yen y el dólar aún buscan niveles apropiados mientras se trata de prever qué van a hacer las autoridades monetarias en el extranjero», añadió.