El Gobierno chino aseguró que rechaza las protestas formales emitidas el martes por su homólogo japonés por su «intrusión» en las islas Senkaku/Diaoyu, y en cambio pidió a Tokio que detenga sus «actividades ilegales» en ese disputado archipiélago.
«No aceptamos la protesta formal, que no tiene en cuenta la reiterada oposición de China a que aviones japoneses, en varias ocasiones, sobrevolaran el espacio aéreo chino sobre esas islas», señaló en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Hong Lei.
Las palabras de Hong se produjeron pocas horas después de que el viceministro de Asuntos Exteriores nipón, Akitaka Saiki, convocara al embajador chino en Tokio, Cheng Yonghua, para instarle a que las «intrusiones» de barcos de China en aguas próximas al archipiélago, que Tokio considera parte de su territorio, no vuelvan a producirse.
El portavoz Hong reiteró, en cambio, que «las islas Dioayu y sus islotes afiliados siempre han sido parte del territorio de China» y aseguró que «las patrullas de aviones y barcos chinos en sus aguas y espacio aéreo son actividades normales de cumplimiento de su deber».
Pekín y Tokio viven uno de sus peores disputas diplomáticas debido a la reclamación mutua de las deshabitadas islas Diaoyu/Senkaku, controladas por Japón pero cuya soberanía reivindica China desde hace décadas, alegando que le fueron arrebatadas ilegalmente en la guerra chino-japonesa de 1894-95.
En años anteriores el conflicto ya había aflorado, debido a los indicios de que en las aguas próximas hay importantes yacimientos de hidrocarburos, pero desde septiembre de 2012 ha cobrado mayor tensión a raíz de que el Gobierno nipón nacionalizara, mediante la adquisición a un empresario japonés, tres de las islas en conflicto. (EFE)