Algunos funcionarios del gobierno japonés piden pruebas que demuestren que las víctimas fueron obligadas a prostituirse
Corea del Sur llevará su contencioso sobre las mujeres coreanas esclavizadas sexualmente por el Ejército imperial japonés durante la II Guerra Mundial (1939-1945) a la próxima Asamblea General de Naciones Unidas, informó la agencia Yonhap.
El movimiento de Seúl se produce después de que la semana pasada algunos funcionarios del Gobierno nipón, de tendencia nacionalista, desafiaran a Corea del Sur a presentar pruebas que demuestren que las víctimas fueron obligadas a convertirse en esclavas sexuales del Ejército nipón.
«Creo que es seguro que el asunto de las ‘mujeres de confort’ (el eufemismo utilizado para denominar a estas mujeres) se discutirá en la Asamblea General de la ONU», dijo a Yonhap un representante del Ministerio surcoreano de Exteriores, que quiso permanecer en el anonimato.
El asunto de las esclavas sexuales coreanas es una de las mayores polémicas abiertas desde la ocupación de Corea por parte de Japón, que impuso su dominio colonial en la nación vecina desde 1910 hasta 1945.
Se calcula que hasta 200.000 mujeres de países ocupados por Japón, más de la mitad coreanas, fueron forzadas durante esa época a prestar servicios sexuales a los soldados imperiales nipones en burdeles militares.
A pesar de que no será la primera vez que Corea del Sur lleva ante la Asamblea de Naciones Unidas este asunto, en esta ocasión la decisión de Seúl se produce en un momento en que planea crear un panel de arbitraje con Tokio sobre el tema, añadió Yonhap.
El pasado diciembre el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, instó a su homólogo japonés, Yoshihiko Noda, a indemnizar a las esclavas sexuales coreanas, de las que únicamente 60 siguen con vida, y advirtió de que el asunto podría dañar las relaciones bilaterales.
Japón considera que la cuestión quedó cerrada con el tratado de 1965, que normalizó los lazos entre los dos países, y no valora la posibilidad de compensar a las víctimas, muchas de las cuales aún se manifiestan con regularidad ante la embajada japonesa en Seúl.
El Gobierno nipón, que hasta 1993 no reconoció las prácticas de esclavitud sexual durante la colonización, promovió en 1995 el llamado Fondo de Mujeres Asiáticas para dar indemnizaciones procedentes de donantes privados a las víctimas, iniciativa considerada insuficiente por las propias afectadas. (EFE)
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