Deportistas estadounidenses ganaron 104 medallas, 46 de ellas de oro
Javier Muñoz / EFE
Los Juegos de Londres se despidieron con la supremacía de Estados Unidos, que con 46 oros ha recuperado el cetro del deporte mundial, y la entronización como leyendas vivas de Michael Phelps e Usain Bolt.
Los cuatro años transcurridos desde Pekín no han mermado el potencial del nadador estadounidense y el atleta jamaicano Usain Bolt, de nuevo los dos grandes iconos de los Juegos.
El primer puesto del medallero, sin embargo, sí ha cambiado de dueño. Estados Unidos recupera su condición de máxima potencia deportiva, tanto por el número de oros, 46, como por ser el único que superó el centenar de metales (104), por delante de China, que se lo arrebató cuatro años como anfitrión en Pekín.
Los británicos Chris Hoy, Andy Murray y Chris Wiggins, la selección mexicana de fútbol, los dos equipos de baloncesto de Estados Unidos, las hermanas norteamericanas Venus y Serena Williams, la jovencísima china Shiwen Ye, el keniano David Rudisha y la rusa Evgeniya Kanaeva fueron otras de las muchas estrellas de los Juegos.
Sin la majestuosidad del estadio del Nido o el complejo acuático pequinés, la organización de los Juegos de Londres funcionó aceptablemente y contó con templos inigualables como fueron el estadio de Wembley para el fútbol, Wimbledon para el tenis, Hyde Park en las pruebas de triatlón y aguas abiertas, o los alrededores del mismísimo palacio de Buckingham, escenario de los maratones y pruebas de marcha.
Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, los definió en la ceremonia de Clausura como unos Juegos «felices y gloriosos».
Los epítetos se han quedado cortos para explicar la gesta de Michael Phelps. El atleta más laureado de todos los tiempos con 22 medallas, el que más oros ha ganado con 18 y el más premiado de Londres con cuatro títulos olímpicos.
El ‘tiburón’ de Baltimore anunció su retirada y ahora quiere viajar. Con 27 años tiene tiempo para dar muchas vueltas al mundo.
Con un magnetismo inigualable, el jamaicano Usain Bolt hizo el más difícil todavía con un doble-triple, es decir engrandeció su condición de ser el hombre más rápido del planeta al revalidar los títulos de 100, 200 y relevos 4×100, este último con récord del mundo y junto al compañero que está llamado a sucederle, Yohan Blake, aunque no se sabe cuándo.
México ha escrito quizás la página más gloriosa de su historia olímpica al ganar por primera vez el torneo de fútbol en un gran partido ante Brasil, que se queda como eterno aspirante al único título importante que falta en este deporte. La decepción mayúscula fue la eliminación a las primeras de cambio de España, una de las grandes favoritas.
La nadadora estadounidense Missy Franklin es la reina de los Juegos con cuatro oros y una plata, pero en la piscina irrumpieron otras figuras emergentes como la jovencísima lituana Ruta Meilutyte, la campeona más joven, con 15 años y 133 días, así como la china Shiwen Ye, de 16, que incluso mejoró en los últimos 50 metros de los 400 estilos el registro que había marcado en la prueba masculina el campeón de la distancia, el norteamericano Ryan Lochte.
En atletismo, impresionante doblete para delirio de los aficionados locales de Mo Farah en los 5.000 y 10.000 metros, así como el récord del mundo del keniano David Rudisha los 800 y los tres oros de la estadounidense Allyson Felix en 200, 4×100 (éste con récord del mundo) y 4×400.
Capítulo aparte merece el gimnasta brasileño Arthur Zanetti. Su oro en anillas fue la medalla número 500 de Latinoamérica en los Juegos y no menos meritorio fue el ejercicio de barra del holandés Epke Zonderland.
El orgullo mayor de los británicos en estos Juegos es sir Chris Hoy, el auténtico monarca del ciclismo de pista que sumó su séptimo oro olímpico, más que ningún otro atleta del país.
Andy Murray también despertó el orgullo patrio en la hierba de Wimbledon al tomarse la revancha de su derrota apenas tres semanas antes en el mismo escenario del suizo Roger Federer, el número uno del mundo al que le queda la espina de no tener un oro olímpico individual.
Serena Williams fue la gran triunfadora en el templo londinense del tenis. Ganó el oro individual y el de dobles con su hermana Serena y ambas son las más laureadas de este deporte con cuatro coronas.
«Ya me puedo ir a Disneyworld», dijo Serena tras completar el ‘Golden Slam’, los cuatro grandes torneos del circuito y el título olímpico.
Estados Unidos refrendó su dominio absoluto en el baloncesto. Kevin Durant, máximo encestador del torneo con 156 puntos, lideró a un equipo con otras grandes estrellas como LeBron James, Kobe Bryant o Carmelo Anthony. Volvieron a ganar la final a España, que al igual que en Pekín les plantó cara hasta donde les aguantó el cuerpo.
Las féminas no les van a la zaga, muy al contrario ya que las estadounidenses ganaron su quinto oro consecutivo de baloncesto.
China ha cedido el primer puesto a Estados Unidos, pero el gigante asiático se lleva de Londres la nada despreciable suma de 38 oros y un dominio absoluto en bádminton y tenis de mesa, abrumador en saltos de trampolín y con presencia destacada en todos los deportes, salvo los de equipo en los que curiosamente no ha participado en ninguno.
En deportes de equipo Rusia se hizo con el oro en voleibol ante una aguerrida selección brasileña, que en la versión femenina sí revalidó el oro, Holanda derrotó a las ‘Leonas’ argentinas en la final de hockey, ganada en hombres por Alemania, mientras que Francia revalidó el título en balonmano masculino y Noruega hizo lo mismo en el femenino.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, recibió el testigo para organizar los próximos Juegos en la ceremonia de Clausura.
Los de Londres se cerraron con una explosión de rock a cargo de los emblemáticos The Who y su himno My Generation. Seguro que los de la ciudad brasileña estarán repletos de samba, batucada y mucha alegría.