Presentaciones en vivo han desplazado a las ventas de álbumes
Internet ha obligado a la industria musical a transformar su modelo de negocios para sobrevivir. Si antes los álbumes o DVD eran las principales fuentes de ingresos de músicos y casas discográficas, actualmente han sido sustituidos por los conciertos.
Como nada se puede comparar a la emoción de disfrutar de un artista en una presentación en vivo, la industria musical japonesa está ofreciendo mercadería relacionada exclusivamente con la experiencia vivida en conciertos, revela el diario Nikkei.
La venta de entradas y el público para las presentaciones en vivo están aumentando desde 2007, de acuerdo con la compañía Pia. El mercado de los tickets tiene un valor de 160 mil millones de yenes, más del doble de lo que generan las descargas por internet. No es por ello extraño que cada vez haya más grandes festivales musicales que congregan a decenas de miles de personas.
Ya pasaron los tiempos en que los conciertos constituían sobre todo un medio para promocionar discos.
Cifras el vuelo. Amuse, compañía que maneja a cantantes como Keisuke Kawata, ha observado un incremento de las ventas de entradas para conciertos de 45 por ciento interanual a 10.100 millones de yenes en el año fiscal 2011. Si se le suma el monto generado por la mercadería afín, representó el 65 por ciento de los ingresos totales y se prevé que este año fiscal alcance el 75 por ciento. Por contrate, las regalías de productos como el CD ascendieron a 2.100 millones de yenes el año pasado.
Sin embargo, como los artistas no son robots que pueden saltar infinidad de veces al escenario, la industria musical japonesa está buscando fuentes de ingresos que no se limiten a la venta de tickets.
Por ejemplo, la estrella pop Ayumi Hamasaki está vendiendo reproductores de música portátil que se asemejan a chapas en sus conciertos y otros eventos desde marzo.
Por su parte, compañías como Memory-Tech venden unidades de almacenamiento USB que contienen videos de los conciertos que los usuarios acaban de ver. Desde el año pasado se han comercializado estos productos en unas 30 presentaciones en vivo. Por ejemplo, en un show de Morning Musume se vendieron 1.000 USB a 4.000 yenes cada uno. Es decir, 4 millones de yenes aparte de lo recaudado por la venta de entradas. Buen negocio.